Kabul, entre el terror y el miedo

La amenaza talibán: «Si no renuncian a la cultura occidental, tenemos que matarlos»

Con la toma de todo Afganistán desparecerán los derechos y libertades de colectivos como el de las mujeres

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El terror atenaza a la población afgana desde hace semanas. Un terror que ya no tiene salidas, pues los talibán han comenzado a entrar este domingo en la capital, Kabul, y está completando así la toma de todo el país. Con ello, los ciudadanos que permanezcan en Afganistán –se está produciendo un éxodo casi comparable al que tuvo lugar en Siria– tendrán que vivir bajo las estrictas leyes de un islam rigorista que rechaza por completo la forma de vivir y las libertades y derechos que ofrece Occidente, algo que amenaza de manera especial a las mujeres.

El «gobierno títere no ha renunciado a la cultura occidental… y si no lo hace, tenemos que matarlos», declaraba Ainuddin, un antiguo alumno de la madrasa (escuela religiosa) que ahora es comandante militar, a la BBC esta semana.

Sin embargo, Haji Hekmat, un líder talibán local, insiste al medio británico desde la ciudad de Balkh que la vida cotidiana sigue igual.

Esos días el bazar seguía atestado de gente, tanto de hombres como de mujeres, pero a ellas se las ve vestidas con el burka integral, algo obligatorio para poder salir a la calle.

Haji Hekmat insiste en que no se está «obligando» a nadie y que los talibanes simplemente «predican» que así es como deben vestirse las mujeres. Los taxistas tambien han recibido instrucciones, según la BBC, de no llevar a ninguna mujer a la ciudad a menos que esté totalmente cubierta.

Las mujeres se encierran en casa

Este clima de presunta ‘normalidad’ no se extiende a todas las ciudades tomadas por los talibán. En las redes sociales se pueden leer comentarios que aseguran que las mujeres se han encerrado en sus casas.

Salima Mazari, una de las pocas gobernadoras de distrito en el país, expresó sus temores sobre una toma de poder de los talibanes el sábado temprano en una entrevista desde Mazar-e-Sharif, antes de que cayera. «No habrá lugar para las mujeres», dijo Mazari, quien gobierna un distrito de 36.000 personas cerca de la ciudad del norte. «En las provincias controladas por los talibanes, ya no existen mujeres, ni siquiera en las ciudades. Todos están encarcelados en sus hogares».

Entre las primeras medidas tomadas por los talibán se encuentra el nombramiento del clérigo de línea dura Mujeeb RahmanAnsari como ministro de asuntos de la mujer en Herat. Este ha sido descrito como «fuertemente en contra de los derechos de las mujeres». Saltó a la fama alrededor de 2015 por decenas de vallas publicitarias que instaló en Herat que decían a las mujeres que usaran el hijab islámico y demonizaban a quienes promovieran los derechos de las mujeres.

Mazari, que ha dedicado las últimos días a tratar de reclutar combatientes que defiendan las zonas todavía bajo control del gobierno, según relataba ella misma a AFP, habría sido capturada en las últimas horas por los talibanes.

 

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