ALEMANIA El ex jefe del Gobierno socialdemócrata opta por guardar silencio
Acusan al ex canciller Schröder de recibir dos millones de euros por legislar la reforma de las pensiones
-
Un libro de investigación detalla que el dinero habría procedido de un empresario amigo
-
Fue el pago que le hizo por sus memorias
El ex canciller socialdemócrata Schröder (izda.), junto al empresario Carsten Maschmeyer. BILD ZEITUNG
Actualizado: 14/11/2014 14:19 horas
Cuando el ex canciller alemán Gerhard Schröder deslizó en 2006 que estaba escribiendo sus memorias, varias editoriales se interesaron por ellas. Sus anotaciones personales sobre su oposición a la Guerra de Irak y la trastienda de la puesta en marcha de la Agenda 2010, el principio del fin del Estado de Bienestar en Alemania, atrajeron ofertas de Droemer Knaur, Ullstein y Random House del grupo Bertelsmann, pero ninguna de ellas pudo igualar el millón de euros que, según se filtró por aquel entonces, estaba dispuesta a pagar Hoffmann & Campe. Mucho se discutió entonces sobre la abultada suma, difícil de justificar a cambio de redactar unas memorias, pero recientes revelaciones señalan que fue un pago encubierto a cambio de legislar al dictado de empresarios y bancos la dolorosa reforma de las pensiones.
El libro presentado ayer en Berlín por dos periodistas del semanario ‘Stern’, titulado ‘Geld macht politik’ (‘El dinero hace la política’) ha destapado que no fue un millón, sino dos millones de euros los que pagó por los derechos de las memorias el empresario y por entonces a la cabeza del grupo alemán de servicios financieros AWD (hoy Suisse Life Select), Carsten Maschmeyer. Según este libro, las negociaciones para la publicación del libro, que se publicaría en 2006 y que se tituló ‘Entscheidengen’ (‘Decisiones’), comenzaron cuando Schröder todavía ocupaba la Cancillería de Berlín. El empresario, con el que Schröder mantenía una relación de amistad, comprometió el pago de dos millones por los derechos para revenderlos después considerablemente más baratos a la editorial. El negocio, defienden los periodistas Wigbert Löer y Oliver Schröm, que han tenido acceso a numerosos correos entre Maschmeyer y Schröder, consistía en la posibilidad de influir sobre la reforma de las pensiones que en ese momento se estaba legislando y que, según reconoció Maschmeyer, era un “pozo de petróleo”.
‘Pensión Riester’
En 2001 entró en vigor en Alemania la “Ley de Reforma de los Sistemas de Pensión Públicos” y el “Fomento de un Patrimonio de Previsión de Vejez Capitalizado”. Con la nueva ley se adoptaron medidas justificadas con el argumento de proteger la competitividad de la economía alemana y que suponían una reducción de los niveles de las jubilaciones, de forma que los sistemas públicos de pensiones pasaron a ser complementados con un sistema capitalizado privado y basado en una decisión voluntaria. Para incentivarlo, se creó además un sistema de promoción pública conocido como “pensión Riester”, por ser Walter Riester el ministro de Trabajo que redactó la reforma. Se estaba procediendo, dicho de forma simplificada, a la privatización de parte de las pensiones de jubilación con un apoyo público.
El ‘modelo Riester’ está basado en la firma de un contrato llamado de ‘Previsión de Vejez’, que firma el asalariado con empresas de seguros, institutos de créditos, cajas de ahorros o empresas de administración de capitales. Es un fondo de pensiones que no puede ser recuperado antes de los 60 años y al que el asegurado debe aportar como mínimo el 4% de sus ingresos sujetos a cotización en el año natural anterior. La gran ventaja es la deducción fiscal, ya que las cuotas son deducibles.
El silencio del ex canciller
La acusación a un canciller socialdemócrata de haber traficado con la privatización de las pensiones alemanas es de tal calibre, que bien merece ser puesta en cuarentena, pero el propio Schröder ha preferido “no comentar” esta información y, ante la ausencia de desmentidos, medios alemanes como ‘Der Spiegel’, ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ y ‘Bild’ se hacen eco ya de lo que denominan una muestra de “agradecimiento” del empresario.
La última estadística realizada por Deutschen Rentenversicherung (Fondo de Pensiones Alemán) anota que casi uno de cada dos jubilados alemanes cobraron una pensión inferior a los 700 euros. La pobreza en la tercera edad, recrudecida desde la entrada en vigor de la Agenda 2010, resulta especialmente alta en las mujeres del oeste del país, un 73%, que perciben menos de 700 euros de pensión al mes.
En la última década el número de pensionistas que compatibilizan su jubilación con el desempeño de un ‘minijob’ ha aumentado en un 36,4%. En otoño de 2012 la Oficina Federal de Empleo contabilizó más de 812.000 personas que tenían un ‘minijob’ y cuya edad era superior a los 65 años.