Honduras: La hipocresía de la diplomacia
Por Raúl Lombana Hernández el 1 de Julio 2009 7:15 AM
La comunidad internacional no ha escatimado ataques diplomáticos en contra del país centroamericano. A pesar de que desde el mismo día en que se expulsó de Honduras al depuesto Zelaya, el congreso en pleno eligió como presidente de la república a Roberto Micheletti, aún se persiste en seguir diciendo que lo hecho por el poder judicial y el legislativo fue un golpe de estado.
Honduras está pagando con creces ante la comunidad internacional la osadía de enfrentarse al Socialismo del Siglo XXI. Quien parece manejar una nómina transnacional.
En el concierto latinoamericano está sucediendo algo sin precedente. Hoy los violadores de las constituciones de sus países, los enemigos de la democracia y los perpetradores de los derechos civiles de los habitantes de sus pueblos son los acusadores. Hoy son el dedo que señala y juzga. Hoy se han convertido en los inquisidores del pueblo hondureño.
Lo hecho con valentía por el país centroamericano ha desnudado el grado de infiltración que tiene el chavismo en el continente. Honduras ha permitido conocer la verdadera magnitud del poder que tiene Chávez en la región. Latinoamérica está siendo testigo de la manera cómo el chavismo ha permeado a muchos gobiernos de la región y a organismos multilaterales.
La manera cómo el gobernante venezolano ha manejado a su antojo la crisis de Honduras, demuestra que el poder corruptor de Chávez ha llegado lejos. Organismos como la OEA se han convertido en la marioneta de éste. Esta organización que ha sido pisoteada en reiteradas ocasiones por este personaje, hoy corre a satisfacerle los caprichos, aún más, salen a subirle el ego.
Sin lugar a dudas, Honduras está desenmascarando a los peones del chavismo. Hoy vemos a una OEA siguiéndole el juego al gobernante venezolano. Se ha cerrado a cualquier tipo de acercamiento con el nuevo gobierno hondureño. Le ha negado el derecho a la legitima defensa que tiene el pueblo hondureño. Lo más triste del espectáculo es que hasta los que han sido ultrajados en el pasado por este personaje, hoy han salido raudos a ponerse de su lado.
Hoy Honduras parece sola en el concierto mundial. Hoy la comunidad internacional no se ha detenido a analizar las causas que motivaron la decisión de expulsar al presidente Zelaya. El pueblo hondureño no ha tenido la oportunidad de explicarle al mundo que los verdaderos responsables son los que hoy posan de paladines de la justicia.
La comunidad internacional que en el pasado ha sido testigo de todos los desafueros del gobernante venezolano, hoy se hace la de la vista gorda. Aún más, toman partido a favor de Chávez. Pareciera que detrás de este respaldo al depuesto presidente Zelaya, realmente, se estuvieran pagando a favores.
Hoy más que nunca el influjo de Chávez ha salido a la luz pública. Es vergonzante para Latinoamérica ver cómo este personaje se ha convertido en el gamonal latinoamericano. Su incapacidad como líder la suple con grandes recursos que le pertenecen al pueblo venezolano, pero que él maneja cómo si fueran suyos.
El mundo no puede manejar una doble moral en este asunto. Los que aborrecen a Chávez en el continente son muchos, pero hoy juegan a ser demócratas.
El secretario de la OEA, José Miguel Insulza, quien en el pasado fue vilipendiado y ultrajado por el gobernante venezolano, hoy se presta para que se le nieguen todos los derechos que tienen los hondureños a la libre autodeterminación.
El gobernante venezolano se ha encargado de crear un manto de dudas sobre la verdadera razón que ha llevado a ciertos países de la región y organismos como la OEA a convertirse en aliados de éste. La posición asumida por la Organización de Estados Americanos causa suspicacia. El secretario de este organismo pareciera haber ingresado a la nómina del chavismo. Todavía se recuerda la manera cómo en el pasado Chávez lo ridiculizó, pero hoy parece la marioneta de éste. Casos como el de Colombia han dejado la sensación de que éste actúa según los intereses de su jefe.
Qué tristeza para Latinoamérica ver a personajes como Chávez, Correa y Ortega quienes en sus países pisotean el ordenamiento jurídico, ahora se hayan convertido en los paladines de la justicia.
Así que, el pueblo hondureño que no se ha dejado comprar con los dineros del chavismo le tocará seguir una lucha solitaria. Hoy no pueden contar con el respaldo internacional, debido a la hipocresía que exige la diplomacia.
Los hondureños deben sentirse únicos en el continente, debido a que con coraje se han enfrentado no sólo al desvarío de un personaje sino también a una Latinoamérica arrodillada. Por eso la sociedad mayoritariamente de acuerdo con la decisión tomada no debe esperar nada, de ahora en adelante deben enfrentarse a un nuevo ordenamiento latinoamericano. La voluntad del gobernante venezolano se ha convertido en ley y los organismos multilaterales en borregos.
A Honduras poco le debe importar ser expulsada de la OEA, porque precisamente, el chavismo se ha encargado de ridiculizarla. La última acción llevada a cabo por Chávez fue hacer aprobar la inclusión de Cuba en ella, para después en un acto de soberbia los cubanos patear tal decisión.
Lo único que resta es desearles suerte. Que el todopoderoso los acompañe en su ardua batalla por su legitimo derecho a defenderse de la injerencia de gobiernos extranjeros, y ojalá los pueblos que hoy viven bajo el imperio del terror implantado por el chavismo los emulen.
La ñapa: El disparate con que salió el peón del chavismo más aventajado, Rafael Correa, produce risa. Nuestro país no puede seguir permitiendo las amenazas reiteradas que hace el paraterrorista mayor de las FARC. El gobierno colombiano debe ponerle coto a este personaje, para eso debe denunciarlo ante la Corte Penal Internacional por apoyo a grupos terroristas. Honduras ha mostrado el camino a seguir.