Vox se desangra a causa de las purgas de Abascal

La salida de Monasterio completa la gran purga en Vox: “Quieren peones que sigan la voz de su amo”

Fuentes cercanas a Monasterio reconocen que la ya exdirigente estaba en el punto de mira porque es un “verso suelto” con criterio.

El caso de Rocío Monasterio no es un hecho puntual. La purga contra los líderes históricos de Vox se viene fraguando desde hace años con nombres como Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona o Mazaly Aguilar, entre otros. Fundadores de Vox, ya fuera del partido, tachan de “bajeza moral injustificable” la destitución de Santiago Abascal a Rocío Monasterio después de que haya sido una referencia dentro del partido, con plena dedicación, desde los inicios. Además, afean que ni siquiera haya sido el propio líder de la formación quien haya comunicado el cese a Monasterio.

El desprecio a Monasterio se viene cociendo desde hace tiempo. Fuentes consultadas por Libertad Digital, cercanas a Monasterio, reconocen que la ya exdirigente estaba en el punto de mira porque es un “verso suelto” que jamás ha dudado en reprochar a la cúpula nacional aquellas decisiones que no compartía, como la modificación de los estatutos para entregar a Abascal todo el poder evitando que las destituciones o nuevos fichajes tuvieran que ser sometidos a votación.

Aseguran que el tener criterio en la formación de Abascal está mal visto y “si te sales de la línea”, te sitúan al margen del resto: “Quieren peones que sigan la voz de su amo”, y en el momento en el que te sales de la foto acaban “poniéndote torpedos bajo la línea de flotación”, como han hecho, explican, con Monasterio.

Los históricos del partido además ven este movimiento como una “inmoral campaña de comunicación” para tratar de tapar el gran error cometido en el Congreso de los Diputados votando a favor de la enmienda que beneficiará a presos etarras. Acotan el desquite a Monasterio en una simple “cortina de humo” para ocultar el fallo y que no se hable de “quién debe dimitir”.

“De Vox no queda nada”

Los exintegrantes de Vox lamentan la deriva a la que está llevando Abascal al partido comparando los objetivos actuales con las voluntades que venían recogidas en el manifiesto fundacional de 2014, ahora ya inexistente. “De Vox ya no queda nada, es un partido que está en causa de disolución”, aseguran, al tiempo que se avergüenzan de los perfiles políticos que conforman el partido señalando que ha pasado de tener a gente de primerísimo nivel del mundo profesional a personas “de poca valía”.

En este sentido, las fuentes consultadas desprecian la figura del portavoz nacional y nuevo líder de Vox en Madrid, José Antonio Fúster. “Entró en el partido el año pasado” justificando su presuroso ascenso en el partido a su falta de critica interna.

“Veníamos a cambiar la política”, recuerdan los que fueron los primeros afiliados del partido y que también han sido perjudicados por la purga y el señalamiento de Abascal y su entorno más cercano.

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