
La brutal agresión de la que fueron víctimas siete diputados de la bancada opositora en plena sesión de la Asamblea Nacional este martes ya han dado la vuelta al mundo, a pesar de los esfuerzos del gobierno por silenciar el hecho, a través de una larga cadena de radio y televisión, y de las acusaciones formuladas por el jefe de la fracción del PSUV, Pedro Carreño.
En rueda de prensa, que debió ser retransmitida horas después por el canal de noticiasGlobovisión, ya que la cadena televisiva impidió su difusión en directo, la diputada María Corina Machado relató que fueron atacados por parlamentarios de oficialismo, justo cuando se disponían a manifestar, de forma pacífica, levantando una pancarta con las frase “Golpe al Parlamento”, en protesta por la decisión del presidente del poder legislativo, Diosdado Cabello, de no concederles el derecho de palabra.
“El diputado Américo De Grazia fue empujado escaleras abajo y cinco personas le cayeron encima, lo golpearon salvajemente y está hospitalizado, mientras el diputado Diosdado Cabello sonreía”, denunció María Corina Machado, quien fue arrojada al piso por la diputada Nancy Ascencio, para luego golpearla en el rostro.
AL ESTILO CABELLO
La sesión ordinaria, que se avizoraba cargada de tensión, convocada para las 2 de la tarde, comenzó luego de tres horas de espera de los diputados opositores, a quienes previamente y durante más de una hora se les impidió el ingreso al hemiciclo de sesiones.
Entre periodistas que cubren las sesiones parlamentarias circulaba ya el comentario de que, puertas adentro, los diputados del PSUV debatían acerca de la viabilidad de permitirles o no a “los diputados de la derecha” intervenir. De hecho, algunos diputados del PSUV y sus aliados del PCV habían expresado en esa reunión su desacuerdo en “cerrarles el micrófono” a los colegas de oposición, tomando en cuenta que tal acción podía tener un efecto contrario y ser visto en el exterior como “un acto de fuerza, ajeno al espíritu parlamentario”.
De hecho, en la citada reunión, hubo cuestionamientos muy precisos hacia el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, por la manera como había manejado el impasse con los opositores, y su empeño en solicitarles que manifestaran públicamente si reconocían o no a Nicolás Maduro como presidente electo.
Pasadas tres horas, y una vez iniciada la sesión, Diosdado Cabello insistió en su decisión de no permitir el derecho de palabra a los diputados de la bancada opositora, argumentando la ley de acción y reacción. “Mientras en esta Asamblea no sean reconocidas las autoridades, las instituciones de la República, la voluntad soberana de nuestro pueblo, los señores diputados de la oposición tendrán que ir a declarar a Globovisión, pero no aquí”.
Al ver que sus micrófonos habían sido retirados de sus curules y que no se les permitiría el derecho de palabra, los diputados opositores sacaron pitos y vuvuzelas para hacer sentir la protesta y mostraron una pancarta que denunciaba “Golpe al Parlamento”. Fue entonces cuando el diputado Claudio Faría (identificado plenamente por el agredido) sorprendió a Julio Borges, contra quien lanzó golpes y patadas, utilizando además un objeto metálico para golpearlo en el rostro.
El incidente no fue televisado, ya que las cámaras de ANTV, el canal informativo de la Asamblea Nacional, estuvieron fijas, apuntadas hacia un escudo nacional, durante la feroz golpiza. Por suerte, los parlamentarios de la Unidad lograron grabar imágenes de la agresión y mostraron en la rueda de prensa, interrumpida por la cadena televisiva de Maduro, las pruebas de la agresión.
“NO NOS DOBLEGAREMOS”
Los parlamentarios de la Unidad denunciaron que los actos de violencia registrados este martes en la Asamblea Nacional no son un hecho aislado, sino que obedecen a una escalada de persecución, acoso y detención de dirigentes políticos, lo que “sin dudas constituye una situación sumamente peligrosa, que los parlamentarios del Perú silente, del Chile silente, de la Colombia silente, del Ecuador silente deben mirar con atención, ya que prefigura el escenario de un golpe a la democracia”, expresó el diputado Julio Borges.
“¡Hoy demostramos que la fuerza de las convicciones no la detienen ni las armas, ni la plata, ni los Poderes!”, dijo María Corina Machado, al responsabilizar a Diosdado Cabello por permitir estos hechos de violencia en el Parlamento.
“Nuestros agresores fueron los diputados Claudio Farías, Jesús Farías, Giovanni Peña, Juan Carlos Alemán, Odalis Monzón, Nancy Ascencio y Michele Reyes”, indicó. “Pero, no abandonaremos la Asamblea Nacional! ¡Nos verán de vuelta firmes y valientes!”, dijo la parlamentaria, con signos en el rostro de la golpiza recibida.
Añadió que el diputado Pedro Carreño fue quien “aupó y dirigió” toda la violencia y luego “cobardemente se escondió”. Además, destacó “la cobardía” de Jesús Farías al golpear con total brutalidad a la diputada Nora Bracho. Denunció que dentro del Parlamento han detectado “personas armadas, que son guardaespaldas de miembros del oficialismo”.
Por su parte, el diputado Julio Borges advirtió: “Diosdado Cabello está buscando la destrucción de la poca gobernabilidad que tiene Nicolás Maduro”. “Ustedes están cavando la tumba de eso que llaman revolución”, dijo y recordó que “no hay ninguna pregunta (ni en la Constitución ni en las leyes del parlamento) que condicione el derecho de palabra de los diputados (…) Estos golpes lo que nos dan es más fuerza”, aseveró.
Borges aseguró que en los actos de violencia participaron funcionarios pliciales que fungen de guardaespaldas de los diputados del PSUV, y aunque dijo estar consciente de que ninguna institución del Estado va a tomar en serio sus denuncias ni mucho menos investigarán los hechos, estas agresiones serán denunciadas “no porque creamos en la justicia actual, sino porque hay que dejar el testimonio”.
Esta situación ya se había registrado hace algunas semanas cuando el diputado William Dávila sufrió una contusión en el ojo derecho tras ser golpeado por un parlamentario oficialista.
Paralelo a esta declaración y haciendo uso exclusivo de la plataforma de medios radiales y televisivos del Estado, el jefe de la bancada oficialista, Pedro Carreño, afirmó que la violencia “fue desatada por los diputados opositores”, pero no mostró caso de algún diputado oficialista agredido o herido.