Italia amenaza con boicotear la cumbre europea si los 27 no se pliegan a sus demandas sobre inmigración

Italia impone su hoja de ruta para controlar los flujos migratorios. En el Mediterráneo, cerrando sus puertos a los barcos de rescate extranjeros. En Bruselas, amenazando con vetar las conclusiones del Consejo Europeo. O los 27 aceptan la propuesta que el Gobierno de Giuseppe Conte puso sobre la mesa el pasado domingo durante la reunión de trabajo, “o seguramente por mi parte no lleguemos a conclusiones conjuntas”, ha advertido Conte a su llegada a la cumbre.
“Como saben Italia ha elaborado una propuesta que trae a este Consejo Europeo, una propuesta que creemos es absolutamente razonable, porque es plenamente conforme al espíritu y los principios en los que se funda la Unión Europea”, ha defendido el premier italiano.
Conte ha destacado las muestras de solidaridad que Italia ha recibido en los últimos años, pero advierte, “hoy es un día muy importante, esperamos que estas palabras se transformen en actos”. Italia, ha dicho el primer ministro, no necesita más ataques verbales, “lo que necesita es acciones concretas”. Y si Italia no sale con una propuesta de su gusto de esta cumbre, no habrá respuesta europea a la presión migratoria.
Emmanuel Macron, que ha subrayado en no pocas ocasiones que el problema no es migratorio sino político, apuesta por soluciones europeas. “Yo defenderé soluciones europeas, en el marco de la Unión Europea, de Schengen, en los marcos de cooperación actuales”, unas soluciones que pasan por el “trabajo en el exterior de Europa, en las fronteras de Europa y dentro de Europa, bajo dos principios: responsabilidad y solidaridad”.
El presidente de Francia se reunirá en los márgenes de la cumbre con los líderes de los países, junto con Italia, más beligerantes con la cuestión migratoria, los cuatro de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa). El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha asegurado a su llegada a Bruselas “que la gente pide dos cosas: la primera es que no entren más migrantes, así que hay que pararlos. Y la segunda es que los que estén dentro se devuelvan”. Eso es lo que Visegrado defenderá en la reunión del jueves.
De momento, parece que la agenda de los líderes de la UE se pliega a las demandas de los halcones del Este y el sur. En su carta de invitación, el presidente del Consejo, Donald Tusk, incluye la creación de plataformas de desembarco de migrantes en terceros países. Una propuesta que Italia ve con buenos ojos. A su llegada, la canciller Angela Merkel ha confirmado que los líderes discutirán esta posibilidad, que pasa por establecer diálogos con los países al otro lado del Mediterráneo. “Tenemos que tomar en consideración sus necesidades”, ha subrayado Merkel. La canciller ha destacado la necesidad también de ayudar a aquellos países que está en primera línea de llegada.
El problema de Europa no es la presión migratoria, sino la presión política. Lo ha afirmado con rotundidad en numerosas ocasiones Macron y queda implícito en la invitación del presidente Tusk, que ataca en ella con dureza a los populistas que utilizan la migración como arma arrojadiza. Así y todo, Italia ha logrado marcar la agenda de una cumbre cuyo principal centro de atención aspiraba a ser el euro. La misma cumbre que podría boicotear ahora.