Robledo: “Santos es lo mismo que Uribe, la misma política y las mismas formas”

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ENTREVISTA A JORGE ENRIQUE ROBLEDO, SENADOR DEL POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO

TITULARES:

“Es evidente que el actual ejecutivo ha hecho un gran esfuerzo por demostrar que es muy distinto al anterior, pero también es evidente que sus semejanzas son más que grandes que las diferencias, especialmente en el manejo de sus políticas económicas y sociales”

“Yo no creo que este gobierno tenga ni la voluntad ni la intención de hacer frente a lo que llama el desafío social, sino más bien lo contrario. Se crea una ficción de que se pretende hacer frente al desafío social, pero es sólo eso: una ficción, nada más”

“Los partidarios de Santos, los santistas por llamarlos de algún modo, tratan de evitar identificarse con el anterior presidente, Uribe, para diferenciarse y tratar de justificarse. Nada más falso, un circo, son más de lo mismo por más que intenten ocultarse con otros barnices”

“La extrema derecha piensa que una alternativa política de izquierdas en Colombia no es posible y quieren un Polo moldeable y sumiso, ceñido a sus intereses y sin autonomía”

“La política en Colombia es un desvergüenza. Los que pierden las elecciones acaban en el gobierno con el que gana o les dan una embajada como premio de consolación. Es una realidad patética “

ENTRADILLA:

Jorge Enrique Robledo es uno de los once senadores que tiene la principal fuerza de izquierdas colombiana, el Polo Democrático Alternativo (PDA), en el senado y uno de sus principales activos retóricos, dada la brillantez de sus exposiciones y la fuerza de sus ideas. En esta entrevista, realizada en su despacho del Senado colombiano, se muestra crítico e implacable con el nuevo presidente del país, Juan Manuel Santos, al que considera “más de lo mismo”, puro continuismo y simple uribismo maquillado.

Ricardo Angoso: ¿Qué balance hace de estos 100 días de presidencia de Santos?

José Enrique Robledo: Es evidente que el actual ejecutivo ha hecho un gran esfuerzo por demostrar que es muy distinto al anterior, pero también es evidente que sus semejanzas son más que grandes que las diferencias, especialmente en el manejo de sus políticas económicas y sociales. Se trata de continuar con el modelo neoliberal y de libre comercio que Uribe llamaba confianza inversionista, y en este sentido, lo digo claramente, cero modificaciones, con todas las consecuencias negativas que ello implica. No se apuntan medias para acabar con el desempleo, con la pobreza y con todas las lacras sociales que padecemos en este país. La concentración de la riqueza, la identidad plutocrática del Estado colombiano, sigue invariable, y en esto hay una identificación total entre el proyecto del anterior presidente y el actual, no se detectan cambios fundamentales. Muchos colombianos, sin embargo, no lo ven así y piensan que las cosas han cambiado; entonces, y como conclusión final, creo que el gobierno actual aprueba en mímica y suspende en realizaciones reales que se perciban en la calle. Para mí, lo dicho: cero variaciones.

R.A.: ¿Al menos reconocerá que en política exterior, tras haber normalizado el presidente Santos las relaciones con Ecuador y Venezuela, sí hubo cambios…?

J.E.R.: Nosotros, como es lógico, desde el Polo saludamos ese cambio y nos felicitamos por el mismo. La decisión de no relacionarse con los vecinos no era una buena medida. Sin embargo, no olvidemos que en lo fundamental nada ha cambiado: la orientación de la política exterior colombiana sigue siendo de absoluto seguidismo y sumisión a los intereses políticos y estratégicos de Washington, de los Estados Unidos. En esa materia, Santos y Uribe son idénticos. Ambos siguen obsesionados por el Tratado de Libre Comercio y siguen los dictados de Washington, nada cambió a ese respecto y los Estados Unidos siguen condicionando nuestra agenda interior y exterior.

R.A.: Pese a todo, ¿cierta izquierda y los liberales parecen encantados con las políticas que hasta ahora ha desarrollado el presidente Santos?

J.E.R.: La única oposición a Santos es el Polo. Los partidarios de Santos, los santistas por llamarlos de algún modo, tratan de evitar identificarse con el anterior presidente, Uribe, para diferenciarse y tratar de justificarse. Nada más falso, un circo, son más de lo mismo por más que intenten ocultarse con otros barnices. El santismo es el uribismo en todos los aspectos fundamentales. Pero la oposición, formal y política, es el Polo, eso está meridianamente claro. Los liberales, por otra parte, se han entregado al santismo en cuerpo y alma. Se han acomodado, como también lo ha hecho el ex candidato del Polo, Gustavo Petro. El problema es que los medios hacen un balance donde sólo opinan santistas, mientras no se invita al debate a la verdadera oposición que somos nosotros: el Polo Democrático.

R.A.: ¿Qué cree que hará Uribe, seguirá maquinando por su regreso?

J.E.R.: Habrá que esperar, por ahora hay más ruido que realidades. Yo, por lo pronto, no veo grandes diferencias entre Santos y Uribe. No ha habido ni una sola contradicción ni diferencia entre ambos. Siguen el mismo guión que ya es bien conocido por todos. Los partidarios de Santos, los santistas, tratan de evitar identificarse con el anterior presidente, Uribe, para diferenciarse y tratar de justificarse. Nada más falso, un circo, son más de lo mismo por más que intenten ocultarse con otros barnices.

R.A.: No obstante, ¿reconocerá que hay figuras como el vicepresidente, Angelino Garzón, que provienen de la izquierda y dicen que afrontarán en este mandato el desafío social?

J.E.R.: Todo el mundo sabe que Garzón se ha entregado primero al uribismo y ahora al santismo. Ya fue ministro con Pastrana en el pasado y es parte del juego de la política tradicional, perdió su credibilidad. Yo no creo que este gobierno tenga ni la voluntad ni la intención de hacer frente a lo que llama el desafío social, sino más bien lo contrario. Se crea una ficción de que se pretende hacer frente al desafío social, pero es sólo eso: una ficción, nada más. Nuestra propuesta, sin embargo, es mucha más ambiciosa y lo decimos claramente: hay que cambiar el modelo económico del país. Las causas de la pobreza y del desempleo y tienen mucho que ver con el neoliberalismo, el consenso de Washington y las decisiones que nos imponen las instituciones económicas internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Si esas causas no se cambian, los efectos de esas políticas continuarán causando sus perniciosos efectos y los desajustes sociales que todos conocemos. Y Santos, que es un hombre del establecimiento y del sistema, no va a cambiar el modelo y seguirá fielmente los dictados de Washington. El régimen plutocrático consolidado durante el mandato de Uribe, ligado y subordinado a los Estados Unidos, va a continuar durante Santos, incluso creo que va a profundizar en ese modelo sin alterar la naturaleza del mismo.

R.A.: ¿Cuáles van a ser las líneas maestras de la oposición que va a realizar el polo durante el mandato de Santos?

J.E.R.: Nosotros le declaramos formalmente la oposición al gobierno de Santos, porque su programa se contrapone totalmente al nuestro y no nos queda otro lugar más que ese espacio que ahora reivindicamos. Si así no lo hiciéramos, traicionaríamos el mandato que los electores nos entregaron y a la vez traicionaríamos a nuestros principios políticos y morales; no nos queda otro camino desde donde actuar que no sea la oposición. El Polo no va a traicionar ni a sus ideales ni a sus electores, eso sí siempre dentro de una espíritu constructivo y no obstructivo, aportando nuestras ideas y propuestas al ejecutivo. Santos trata de demostrar que es distinto, que las cosas están cambiando, pero no es así y lo único que vemos desde el Polo es que hay una continuidad en las políticas anteriores.

R.A.: ¿Se atisba algún cambio en el actual gobierno en lo que respecta al problema del terrorismo, de las FARC?

J.E.R.: Nosotros realmente no vemos grandes cambios. Pero claro, en este asunto, quiero ser prudente, pues no depende tan sólo del gobierno lo que vaya a cambiar, sino de las FARC mismas, y no tengo demasiados elementos para opinar de algo que no conozco.

R.A.: Tienen ustedes próximamente elecciones locales y regionales, ¿no parece desde luego, con el desgaste del alcalde de Bogotá de su formación, el mejor momento, es así?

J.E.R.: El Polo está pasando un momento difícil, no lo ocultamos. Nuestro ex candidato presidencial, Petro, está buscando acuerdos con Santos y se ha situado casi al margen del Polo. Nosotros no le aceptamos su propuesta de un acuerdo con Santos, y entonces Petro está tratando de destruir el Polo y dividirlo. Su propósito coincide, además, con una campaña de la extrema derecha contra nuestra fuerza política que contaba con el apoyo de algunos organismos del Estado, como agentes del DAS –una suerte de CNI colombiano-. Trataban de dividirnos y dejarnos sin sustancia política; es triste que los objetivos de Petro coincidieran con los artífices de esta campaña contra nosotros. La extrema derecha piensa que una alternativa política de izquierdas en Colombia no es posible y quieren un Polo moldeable y sumiso, ceñido a sus intereses y sin autonomía. Quieren un Polo sujeto al neoliberalismo y al establecimiento del país. Pero no podrán con nosotros y yo percibo que cada día tenemos más militantes, una base social mayor y un proyecto mucho más maduro desde el punto de vista político.

R.A.: ¿No piensa que las estructuras partidarias cuentan muy poco en un país como Colombia donde el peso del caudillismo es tan intenso?

J.E.R.: En el caso del Polo, pese a que los líderes por supuesto cuentan, creo que sí hay una estructura partidaria consolidada y con un nivel de conciencia que nos diferencia de otras organizaciones. Llevamos cuatro años de agresión brutal contra el Polo desde todos los estamentos; yo casi diría que somos uno de los partidos más perseguidos y atacados del mundo. Y, a pesar de esta persecución, el Polo aguanta el tipo elección tras elección y mantiene una cuota de apoyo electoral elevada y resistente. En las elecciones al Congreso y al Senado hemos mantenido nuestro techo electoral y hemos conseguido sobrevivir políticamente con unos resultados que yo definiría como bastante aceptables y dignos.

R.A.: ¿Reconocerá que el Polo tiene una fuerte contestación a la gestión del alcalde de la capital, Samuel Moreno?

J.E.R.: Los medios colombianos son enemigos del Polo, por lo general, algunos abiertamente y otros de una forma solapada. Si hay una cosa meridianamente clara en este país es que los medios responden y difunden el discurso que el establecimiento quiere, no son medios plurales, desde luego. No me sorprende que la crítica contra el alcalde haya crecido en los medios, pues es el mismo discurso que mantienen con respecto al Polo. Luego Petro, que nos atiza sin cesar, es aclamado por los medios que le colocan todos los micrófonos del mundo para atacar al Polo. Toda crítica contra el Polo sirve para esta campaña. Petro, que ya no reconoce nuestros órganos ni nuestra política, está ya casi fuera del Polo y tan sólo sirve como comparsa a esta campaña atizada desde los medios contra nosotros. Es muy triste el papel que está teniendo en esta guerra sucia contra el Polo.

R.A.:Aunque no es su partido, me gustaría conocer su opinión sobre el futuro del Partido Verde que lidera el ex candidato presidencial Antanas Mockus, ¿lo ve con perspectivas?
J.E.R.: Lo primero es que de verde no tiene nada, eso es una impostura absoluta. Es un nombre que se han dado porque tiene tirón electoral y genera simpatías sociales y políticas, pero no es ni ambientalista ni antiestablecimiento. Es un partido del establecimiento que defiende el neoliberalismo y el libre comercio; así consiguieron ganarse la simpatía de los medios y granjearse una cierta aureola de progresistas, que es falsa por supuesto. Ni verde ni progresista, nada de nada, una impostura total, como le he dicho.

R.A.: No obstante, ¿parece que en las filas uribistas hay cierto malestar por algunos nombramientos y decisiones tomadas por Santos?

J.E.R.: Son las viudas del poder, aquellos que quedaron al margen del nuevo ejecutivo y se quedaron sin colocar. Pero contradicciones de fondo, como le he dicho antes, no se detectan entre Santos y Uribe, no se perciben cambios, digan lo que digan los santistas de pro. Puede que haya malestar debido a las contradicciones que tienen más que ver con odios, rencillas personales y disputas por el poder, pero que no tienen ninguna relación con la política real, pues Uribe y Santos son lo mismo y el rumbo del país se mantiene inalterable. Que alguien me diga donde están las contradicciones entre ambos, en ninguna parte. El gobierno en Colombia siempre se ha caracterizado por la política del Frente Nacional, donde convergían liberales y conservadores para repartirse el “pastel”, algo que está pasando ahora con Santos, donde siguen mamando los mismos. La política en Colombia es un desvergüenza. Los que pierden las elecciones acaban en el gobierno con el que gana o les dan una embajada como premio de consolación. Es una realidad patética que los medios, que recogen solamente el espíritu del establecimiento, no reflejan en sus informaciones. No se cuenta el circo que es realmente este país, una caricatura.

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