HONDURAS
El presidente, Roberto Micheletti, afirmó este martes que no renunciará a la Presidencia y que el ex gobernante, Manuel Zelaya, tampoco volverá al poder aunque lo “quiera el mundo”.
“No renunciaré, aunque me lo pida el mundo y algunos países que nos ven con odio, sin justificación, aun así, no lo haré”, dijo Micheletti a HRN.
“El Congreso tomó una determinación histórica y yo creo que desde ese momento él debe de entender que no tiene opción de retornar al poder, quieran los países amigos, los países vecinos o quiera el mundo que él retorne, en este país no va a retornar al poder”, aseveró Micheletti.
Micheletti recordó que antes de las elecciones del 29 de noviembre planteó la posibilidad de dimitir “para evitar desórdenes, pero aclaró que “los comicios fueron libres y transparentes”.
“Hoy, a 44 días de que asuma el nuevo gobierno, no considero renunciar y concluiré el periodo que el congreso me fijó”, agregó.
“El (Zelaya) se puede ir como asilado político, pero no a un país centroamericano porque podría desatar un ataque a Honduras y queremos vivir en paz. Podría ir a Estados Unidos, España o a cualquier país serio”, afirmó Micheletti a la radioemisora. “Y Zelaya debe entender que ya no es presidente, ahora es un ciudadano con cuentas pendientes en la justicia”.
“Ya se acabó todo esto, sigamos los hondureños viviendo en paz, queremos eso; hemos hecho todos los esfuerzos para ello y en este momento, cuando ya toda la tormenta pasó, no vamos a desistir”, sentenció Micheletti.
El presidente Micheletti no quiso dar detalles de la reunión que sostuvo la noche del lunes en su despacho con Porfirio Lobo.
Se limitó a decir que “con él platicamos de todos los temas importantes… y estoy contento y tengo fe que él hará un buen gobierno para el bien del país”.
Zelaya dice que no renuncia
Zelaya continúa refugiado en la embajada brasileña tras llegar subrepticiamente a Tegucigalpa el 21 de septiembre. En el comunicado Zelaya dijo que no renunciará “al mandato que me otorgó el pueblo y, con dignidad y honor, seguiré defendiendo los principios democráticos y buscando soluciones justas que permitan transformar a Honduras”.
Recordó que han transcurrido 170 días desde el 28 de junio, “fecha en la que como presidente elegido por el pueblo fui secuestrado y desterrado a Costa Rica por un golpe de Estado militar”.
En un intento de solucionar la crisis política, ambas partes suscribieron el 30 de octubre el Acuerdo Tegucigalpa-San José, el cual Zelaya dio por fracasado poco después.
La semana pasada el gobierno frustró dos intentos de salir del país de Zelaya a México y la República Dominicana porque él lo quiso hacer como “huésped ilustre” y “presidente de la república”, lo que Cancillería hondureña rechazó.
La fiscalía ha encausado a Zelaya por cuatro delitos: atentar contra el sistema democrático de gobierno, traición a la patria, usurpar funciones públicas y abuso de autoridad por sus intenciones de reformar la Constitución para perpetuarse en el poder.