ENTREVISTA A ANGELINO GARZÓN, CANDIDATO A LA VICEPRESIDENCIA DE COLOMBIA EN LA FÓRMULA DE JUAN MANUEL SANTOS
POR RICARDO ANGOSO
TITULARES:
“Vamos a intentar superar las tensiones y problemas que hemos tenido con Venezuela”
“En lucha contra el terrorismo vamos a dar continuidad a las políticas del presidente Uribe”
“Somos el país del mundo con mayor número de víctimas por minas antipersonales, que son las que generalmente emplean las FARC”
“Si se produce una victoria de nuestra fórmula presidencial, habrá un gran gobierno de unidad nacional con todos los sectores sociales y políticos cualificados de Colombia”
“La izquierda europea es injusta muchas veces con Colombia y tiene una posición negativa preconcebida”
“Una de nuestras prioridades en nuestro programa es el fortalecimiento y desarrollo de las relaciones con todos nuestros vecinos del continente, de América Latina. También apostamos claramente porque nuestras diferencias con Venezuela y Ecuador sean superadas en un marco de cooperación y respeto”
“La lucha contra el terrorismo se hace desde la absoluta legalidad, sin emplear más armas que las que no da nuestra Constitución política y la institucionalidad democrática”
“Vamos a cumplir con todos nuestros compromisos en materia de derechos humanos, ese objetivo será un aspecto fundamental de nuestra política”
“Las relaciones con España deben intensificarse al margen de consideraciones partidistas, algo que se logró en los últimos años y que debe destacarse”
Su nombramiento como fórmula vicepresidencial del candidato uribista Juan Manuel Santos fue, cuando menos, sorprendente, pues Angelino Garzón procedía de la izquierda y del sindicalismo activo. Garzón, a sus sesenta años bien llevados, ha sido casi de todo en la política colombiana, desde Gobernador hasta Embajador, pasando por comunicador social, líder sindical y representante en varias instituciones. Hombre conocedor de la realidad social de su país, ya que procede de las clases humildes y tiene excelentes relaciones con el mundo sindical y laboral, Garzón aporta a la candidatura presidencial de Santos, que seguramente será la ganadora el próximo 20 de junio, la mesura, el sentido de Estado, la sensatez constatada y la capacidad de diálogo que tanta falta harán en los próximos años para afrontar los inmensos desafíos que tiene ante sí la Colombia del siglo XXI.
Ricardo Angoso: ¿Qué proyecto tienen ustedes para este país, cuáles son las principales propuestas del candidato Santos para Colombia?
Angelino Garzón: Lo primero que quiero decirle es que el candidato Juan Manuel Santos y yo tenemos orígenes sociales y políticos distintos, pero que hemos sido capaces de ponernos a trabajar juntos en un proyecto basado en la unidad y en la diversidad. Y que desde la diferencia queremos ser capaces de contribuir para lograr una Colombia mejor para todos. Tenemos una propuesta para el presente y para el futuro de Colombia que se sintetiza en que vamos a trabajar por lograr un mayor crecimiento económico para el país, que queremos situar en un 6% anual. Luego, y en segundo lugar, queremos que ese crecimiento económico redunde en la generación de empleo con unos salarios dignos para los trabajadores. Otro aspecto fundamental de nuestro programa es la lucha por la reducción de la pobreza, de la miseria, luchando contra el desempleo y para aumentar el nivel de vida de los colombianos. Nuestra apuesta pasa por lograr un mayor bienestar social extendido a todos los niveles, tanto de la población rural como urbana; pero también trabajando por desarrollar a las poblaciones indígenas, afrocolombianas y a las menos desarrolladas en general. Trabajaremos por los más desfavorecidos sin olvidar a todos los sectores sociales.
En el asunto del empleo, por ejemplo, vamos a trabajar de la mano con los gobiernos locales y regionales, aglutinando a todos los sectores sociales y políticos, incluidos los empresarios, que pueden ser claves para generarlo; nuestro objetivo es lograr que después de nuestro mandato el desempleo en Colombia esté por debajo del 10%. Luego, entre nuestros objetivos para el mandato, está el situar a Colombia entre las seis naciones del continente que mejor indicadores de bienestar social tenga, reduciendo significativamente la miseria y la pobreza. Tenemos un nivel de pobreza muy alto, el 44% de la población colombiana, y tenemos que ser capaces de reducirlo, como también la miseria, que está entre el 22 y el 24%. Ambos indicadores son muy altos, de la misma forma que el desempleo, que afecta al 12% de la población activa colombiana. Entonces, nosotros queremos, y para resumir, disminuir estos indicadores de pobreza y de miseria, ser capaces de generar un mayor bienestar social para el pueblo colombiano. En ese sentido, vamos a trabajar mucho para cumplir con los Objetivos del Milenio, que son los compromisos sociales adquiridos por Colombia con la comunidad internacional en la lucha contra la pobreza y la miseria.
Pero también vamos a seguir con la política de seguridad democrática iniciada por el presidente Álvaro Uribe, tanto en las zonas urbanas como en las rurales, y potenciando la lucha contra la criminalidad organizada, entre las que destacan grupos paramilitares, la guerrilla y el narcotráfico. Nuestra apuesta pasa por hacer disminuir los hechos delictivos en Colombia, y en esta lucha tenemos que ir de la mano con los gobiernos locales y con diversos sectores de la sociedad, en cada ciudad, en cada municipio. Tenemos que exigirnos resultados positivos en la gestión de la seguridad, y en este asunto no todo atañe a la policía, sino a todos los colombianos. La política de seguridad democrática debe consolidarse en sus logros y en su carácter positivo, pero creemos que también tiene que estar ligada al crecimiento económico de Colombia y a que consolidemos el bienestar social, siendo capaces de derrotar y hacer disminuir la pobreza. Por ese motivo, yo he dicho que Colombia debe pasar de una política de seguridad democrática a uno de prosperidad democrática para todos.
Luego, en lo que respecta a nuestra política exterior, nuestra apuesta pasa por lograr una política de amistad, cooperación, fraternidad y paz con todos los países del mundo, con sus gobiernos, incluyendo aquí, por supuesto, los gobiernos de la región, tanto Venezuela, como Ecuador, Brasil, Costa Rica, Panamá, Perú y Nicaragua, que son países fronterizos y vecinos nuestros. Tenemos con ellos fronteras terrestres, pero también marítimas con algunos de ellos. Vamos a procurar superar las tensiones que por ejemplo hemos tenido con Venezuela, con el propio Ecuador, y en esa política de paz y buena vecindad también le damos mucha importancia a la cooperación y a los tratados comerciales, como los de libre comercio, que tratamos de firmar con el mayor número de países, como el que acabamos de firmar con la Unión Europea (UE). Pero esta política comercial debe de ir acompañada de una cláusula que abogue por el respeto a los derechos laborales, sociales y humanos de todos los trabajadores y poblaciones implicadas, tal como quedo consignado y ratificado en el Tratado firmado con la UE.
De la misma forma, y en esta política de cooperación, también queremos avanzar en el desarrollo de políticas bilaterales contra el terrorismo y el crimen organizado, pues creemos que hay delitos que van más allá de las fronteras de los países y que cada día se internacionalizan más, como el narcotráfico, el lavado de activos, la corrupción y el terrorismo. Se requiere cada vez una mayor cooperación multilateral entre los Estados para derrotar estas lacras. Tenemos que ser capaces de cooperar con todos Estados en esta lucha y en este sentido nosotros estamos absolutamente abiertos al desarrollo de esa cooperación necesaria; pero también estamos dispuestos a ofrecer nuestra información y conocimiento en la lucha contra estos grupos armados a otros países. Tenemos experiencia en la lucha contra la guerrilla, contra los paramilitares, contra el crimen organizado, contra el terrorismo…, y estamos dispuestos a compartirla con nuestros vecinos, aliados y amigos, no le quede ninguna duda.
Y, finalmente, dentro de nuestro proyecto queremos contribuir al fortalecimiento de la institucionalidad democrática colombiana, pues nosotros consideramos que Colombia ha avanzado mucho en este sentido; nuestra democracia se sustenta en la clara separación entre los tres poderes, el legislativo, el judicial y el ejecutivo, y basada en un espíritu de autonomía y cooperación entre los mismos. Una sentencia de un juez colombiano es acatada por cualquier ciudadano o servidor público, como es lógico. Una Ley que es aprobada por el Congreso de la República es acogida y aceptada por todos los ciudadanos y servidores públicos si así lo hace saber la Corte Constitucional, en el sentido de que dicha Ley cumple los preceptos constitucionales. Todos los cargos públicos están sujetos a la Ley. También, en este sentido, hay que destacar que los procesos electorales funcionan de una forma ágil y sujeta a la Ley. En los 1121 municipios se celebran las elecciones locales de una forma limpia y democrática, pese a que pueda haber algunas veces pequeñas incidencias de orden público. Intentamos que los gobernantes que son electos por los ciudadanos estén en disposición de ejercer sus funciones nada más ser elegidos democráticamente, habiendo trabajado mucho en los últimos años por perfeccionar el sistema y fortalecer la institucionalidad del país. Elecciones como las del pasado 30 de mayo, nuestras presidenciales, demostraron que el sistema funciona, ya que fuimos capaces tres horas después de cerrados los colegios electorales de ofrecer los datos a la ciudadanía. Entregamos los datos electorales, además, sin ninguna objeción ni queja por parte de los candidatos que participaban en la contienda política. ¿Alguien puede ofrecer más?
R.A.: ¿Tienen alguna idea novedosa o alguna sugerencia especial para luchar contra el terrorismo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)?
A.G.: Nosotros vamos a dar continuidad a muchas de las políticas del presidente Uribe, que han sido positivas y han sido bien recibidas por la mayor parte de la población, aparte de que son defendidas por la mayoría de la sociedad. La seguridad democrática tuvo éxito y es aceptada por casi todo el país, eso es un hecho innegable. Ha sido una estrategia combinada de todas las fuerzas del Estado para luchar contra la guerrilla, el narcotráfico y el crimen organizado durante estos años que ha dado notables éxitos. Esa lucha que significa la política de seguridad democrática la vamos a mantener en las zonas rurales y en las zonas urbanas, pero ligada a otra política paralela de prosperidad democrática que está íntimamente unida al crecimiento económico y al bienestar para todos los colombianos, cuya meta es llegar al 6% anual, como he dicho antes, y lograr la prosperidad social para todos sin exclusiones.
En relación con la guerrilla, como me pregunta, tanto de las FARC como del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que es la otra gran fuerza guerrillera del país, nosotros le estamos exigiendo desde nuestra fórmula presidencial a ambas fuerzas la liberación sin ninguna condición de todas las personas que han sido secuestradas y el cese de la práctica del secuestro, pues viola claramente los derechos humanos y es inaceptable. Pero también, en esa línea de respeto al derecho internacional humanitario, le exigimos a ambas organizaciones el cese de las actividades terroristas, cuyas víctimas principales son la población civil, y la no utilización por su parte de las minas antipersonas, conocidas en Colombia como “quiebra patas”, que han generado muchas víctimas entre la población indígena y la población campesina. También policías y miembros del ejército, claro está, han sido víctimas de estas minas. Somos el país del mundo con mayor número de víctimas por minas antipersonales, que son las que generalmente emplean las FARC. Tenemos gente mutilada, afectada por este tipo de acciones criminales. Luego le estamos pidiendo a la guerrilla que time la decisión más revolucionaria de su historia: que le pida perdón al pueblo de Colombia, a la población en general, por todo el daño que le ha hecho y causado en estos años por la violencia irracional. De la misma forma, que sean valientes y le digan a este país que esta violencia no tiene sentido y no tiene razón de ser. Si ellos hicieran estas manifestaciones en este sentido, y reconocieran este principio básico, nosotros tendríamos la suficiente generosidad para construir acuerdos de paz con estas fuerzas y encontrar el camino para la reconciliación tras tantos años de violencia. Luego vendrían la justicia y la reparación de las víctimas, tal como está haciendo el actual gobierno nacional. Paralelamente a estas iniciativas, y mientras no haya novedades, mantendremos nuestra lucha sin cuartel contra el narcotráfico, el crimen organizado y estas organizaciones criminales, pues no hay otro camino que seguir la actual senda de lucha.
No obstante, en cualquier escenario de acuerdo o negociación con la guerrilla debemos descartar cualquier posibilidad de zona de despeje, como ocurrió en el pasado con los resultados que conocemos, o negociar mientras dure el conflicto. Eso es imposible hoy, no lo vamos a aceptar, porque la misma sociedad, quisieran o no los políticos, no lo iba a aceptar. Negociar en medio del conflicto, aceptar zonas de despeje, son escenarios que la mayoría social de Colombia no iba a aceptar de ningún modo. Cualquier proceso que se inicie de cara a resolver la actividad violenta de la guerrilla, y así deben saberlo los guerrilleros, debe de tener como fin el objetivo final del cese total de la violencia y la actividad terrorista, pues no hay otro camino y otro puerto en nuestro horizonte. No hay otro escenario posible, y si no se abriera ese escenario nosotros mantendremos una lucha implacable con todos los medios a nuestro alcance contra las fuerzas subversivas y que defienden la violencia en el país hasta la derrota total de las mismas. Que quede bien claro nuestro compromiso en la lucha contra el terrorismo, en ese terreno no habrá muestras de debilidad.
R.A.: ¿Cómo se va a concretar ese proyecto de unidad nacional que defienden tanto el candidato presidencial Santos como usted?
A.G.: Nosotros hemos procurado que el proceso que significó nuestra alianza de unidad en la diversidad, que encarnamos Santos y yo, se expresara también en el respaldo y en el apoyo de numerosos sectores políticos a esta fórmula presidencial. En este proceso, que se coronó con éxito el 30 de mayo, logramos la participación y apoyo del partido de la U (uribista), pero también de otros sectores que venían del conservadurismo, del liberalismo e incluso independientes.
Pero había más gente que incluso provenía de fuerzas de izquierda, como del Polo Democrático, y de organizaciones sociales que creyeron en nuestro compromiso con el país, como fuerzas empresariales y comunidades indígenas y afrodescendientes, también mujeres y jóvenes, que se fueron uniendo y participando de nuestro proyecto de una forma activa y conformaron finalmente una masa social que se adhirió al mismo. Y todo ese respaldo se manifestó en una cariño y una gran participación que se expresó en las urnas el 30 de mayo –la candidatura logró el 46,5% de los sufragios, en un resultado inesperado e histórico-; en definitiva, más de seis millones de colombianos nos votaron y sacamos al segundo candidato, el doctor Antanas Mockus, más de 25 puntos porcentuales. Ahora, como no hemos logrado el 50% de los votos más uno y según reza la Constitución política de Colombia, tenemos que asistir a una segunda vuelta el próximo 20 de junio, defendiendo de nuevo nuestro proyecto a la presidencia con la misma fórmula frente al candidato Mockus. Estamos trabajando duro por lograr que ese respaldo y ese cariño de la población se manifieste en una masiva votación para que Santos sea elegido presidente junto con mi candidatura a la vicepresidencia. El respaldo a nuestra candidatura ha sido masivo, incluso desde el ámbito sindical, como la Central General de Trabajadores (CGT), que nos apoya y todo hay decirlo, es la primera organización obrera del país. Nos apoyan también el Partido Conservador, numerosos representantes parlamentarios liberales, sectores del Polo Democrático, de Cambio Radical, incluso de votantes que venían de los verdes.
Así las cosas, y con este apoyo también masivo, Santos ya anunció que si se producía nuestra victoria se conformaría una gran gobierno de unidad nacional con todos los sectores sociales y políticos del país. Buscamos que en ese gobierno estén representadas todas las grandes familias del país, como los del partido de la U, los conservadores, los liberales, los independientes, los hombres de izquierda que nos apoyan y, finalmente, las puertas estarán abiertas a nuestros contrincantes del Partido Verde y Cambio Radical. Tenemos la intención, no lo olvide, de formar un gobierno en que estén representados las mujeres, los afrocolombianos, los indígenas y, en general, todos los sectores del país, estamos abiertos a la participación y no a la exclusión de nadie. También estará presente la diversidad regional de Colombia porque queremos que nuestro gobierno sea plural en lo social, en lo político, pero unido siempre por la idea de lograr un país mejor y que no trabaje por intereses partidistas ni personales. Nuestro interés pasa por defender siempre el interés común y el bienestar de todos los seres humanos que viven en Colombia.
R.A.: ¿Qué propuestas tienen en política exterior, sacarán a Colombia de su aislamiento secular?
A.G.: Primero, quiero destacar que vamos a seguir trabajando y manteniendo nuestro trabajo en todos los organismos internacionales, como en el sistema de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unasur, el Grupo de Río y, en definitiva, en todas aquellas instituciones internacionales en las que estamos y en otras en las que queremos estar. Nuestra actividad internacional y nuestra presencia institucional se va a mantener, pero somos conscientes de que nuestro protagonismo debe ser mayor y más destacado. Tenemos que salir de la dinámica de la violencia, de esta inercia de muerte, para reivindicar para Colombia como un país de progreso y que tenemos muchas fortalezas en material de desarrollo social, institucional, ambiental y económico, defendiendo nuestros valores y dando a conocer que somos un país respetuosos con los valores sustentados en los derechos humanos. Nuestra agenda en política exterior se va a diversificar, vamos a procurar fortalecer nuestras relaciones internacionales con todos los países del mundo y, obviamente, una de nuestras prioridades en nuestro programa es el fortalecimiento y desarrollo de las relaciones con todos nuestros vecinos del continente, de América Latina. Una prioridad, por supuesto, es que nuestras diferencias con Venezuela y Ecuador avancen y las mismas sean superadas. También en ese propósito vamos a intentar estar muy atentos al escrutinio de los derechos humanos, a buscar la cooperación internacional, trabajando con todas las instituciones.
Vamos a cooperar con la comunidad internacional en todos los campos, pero desde una perspectiva del cumplimiento y promoción del respeto a los derechos humanos dentro del país. Vamos a cumplir con nuestros compromisos y estar a la altura de las circunstancias. Finalmente, no quiero olvidar que vamos a implementar y trabajar por el desarrollo de acuerdos comerciales con todos los países, como los ya firmados con la UE, poniendo especial énfasis con los países de la región, como Canadá y los Estados Unidos. Será una política de compromiso comercial, pero también de compromiso y respeto de los derechos laborales, ambientales y en general de los derechos humanos. Este será un aspecto fundamental de nuestra política exterior.
R.A.: ¿Qué le diría a la izquierda europea y norteamericana que siempre está criticando a Colombia y que les miran de reojo?
A.G.: Que son muy injustos con el pueblo colombiano. Que no son objetivos con la realidad colombiana, que mantienen una actitud prejuiciosa y negativa con respecto a nuestro país…Que incluso pierden una oportunidad de poder incidir e influir si tuvieran una propuesta más positiva; podrían darnos ideas y sugerencias que podrían ser tomadas en cuenta si no tuviera a priori una posición negativa preconcebida con respecto a nuestro país. Muchas veces se desconoce que la izquierda gobierna en Bogotá, que lo hace desde hace seis años, que ha gobernado muchas regiones, que también gobierna en muchas alcaldías y tiene amplias representaciones en todo el país. Y que la izquierda participa activamente en la política colombiana sin ningún problema ni veto, teniendo altos cargos en gobiernos locales, regionales e incluso en el gobierno nacional. Entonces, esta izquierda que nos critica no tiene en cuenta estos elementos importantes porque quizá los desconoce. Pese a todo, nuestra apuesta pasa por el diálogo con todos los sectores, gobiernos, partidos e instituciones, sean de izquierdas o no, pues nosotros queremos construir y aceptamos la diversidad en todos los órdenes, incluyendo aquí a la comunidad internacional. Tenemos un proyecto que apuesta por el diálogo multilateral en todas materias: comercial, social, ambiental, turismo…y en fin en todos aquellos aspectos que contribuyan al bienestar social y al mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos. Todo ello englobado en un proceso de cooperación internacional basado en el respeto a los derechos humanos. Le aseguro, en este sentido, que trabajaremos activamente por el desarrollo de las relaciones comerciales con todos los países y regiones del mundo, pues vivimos un mundo globalizado en todos los sentidos. Abordaremos multilateramente cuestiones que van desde el desarrollo económico hasta ese objetivo ya citado del respeto a los derechos humanos, todo englobado dentro un proyecto que tiene como objetivos la reducción de la pobreza y la miseria y lograr un mayor crecimiento económico, ejes fundamentales de nuestro proyecto político.
R.A.: Estas propuestas que hace tienen casi más que ver con un sentido clásico de lo que entendemos como la izquierda en Europa, ¿encajan realmente en el proyecto que defiende el futuro presidente Santos?
A.G.: Claro que sí, son ideas que constituyen nuestro proyecto político de cara a las próximas elecciones y son las propuestas que hemos defendido y defendemos en esta campaña electoral. Son nuestros ejes fundamentales. Nuestra apuesta pasa por el bienestar social de todos los colombianos. Pero sin olvidar que tenemos otros problemas, como las guerrillas y el crimen organizado, que requerirán la acción decidida del Estado para luchar contra estas lacras. Tenemos que establecer un diálogo con la comunidad internacional, pero explicando que somos una democracia amenazada y que desde el respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos hemos sido capaces de luchar contra esas amenazas.
Aquí, en Colombia, no hay organizaciones democráticas ilegalizadas y la lucha contra el terrorismo se hace desde la absoluta legalidad, sin emplear más armas que las que no da nuestra Constitución política y la institucionalidad democrática. No hemos recurrido, siquiera, al estado de excepción, habiendo mantenido nuestro sistema de poderes y la Constitución política de la República. Los que han violentado y violado los derechos humanos son las organizaciones criminales, que no son, desde luego, hermanitas de la caridad, sino grupos que utilizan la violencia indiscriminada contra la población civil y cometen crímenes atroces, se lo aseguro. Es una lucha desde la legalidad democrática contra una criminalidad organizada que utiliza los métodos más abyectos y atroces. En esa lucha desigual, hemos sido capaces de preservar nuestra democracia y los procesos electorales se celebrasen sin interrupción. Creo que estos esfuerzos no se entienden muchas veces, como por ejemplo en los Estados Unidos, donde creo que sus instituciones y su pueblo están en una deuda moral y política con nuestro país, pues habiendo respetado los derechos humanos y la institucionalidad democrática no se nos ha reconocido desde muchas instancias nuestro trabajo y nuestra apuesta por los derechos humanos. Lo decimos sinceramente y estamos decepcionados porque, por ejemplo, el congreso norteamericano no ha aprobado todavía el Tratado de Libre Comercio con nuestro país, lo que habría significado un reconocimiento a ese enorme esfuerzo realizado por el presidente Uribe. En cualquier caso, vamos a seguir en la lucha porque la comunidad internacional entienda nuestro esfuerzo y porque los Estados Unidos acaben rubricando el TLC con Colombia. Se tiene que firmar para que las relaciones entre ambos países mejoren. Y le aseguro que todo ello se hará desde el respeto a los derechos humanos, tal como ha pedido el presidente Santos, con el fin de que Colombia sea un país en progreso en materia de derechos laborales y sociales. Nuestro trabajo se esforzara en construir políticas desde el diálogo social con todos los sectores civiles y políticos, incluyendo aquí a las organizaciones de derechos humanos, las centrales sindicales, los partidos políticos y las agrupaciones empresariales, para lograr amplios consensos que son tan necesarios para avanzar en ese bienestar social al que me refería antes.
R.A.: La última pregunta que quiere hacerle es: ¿Qué espera de España en este camino para construir un país de futuro y de progreso, como pretenden?
A.G.: Tenemos que consolidar y desarrollar más las relaciones a todos los niveles. Intensificar más las relaciones comerciales, pero dotarlas a su vez a estas relaciones de contenidos políticos, culturales, diplomáticos e incluso avanzar en mecanismos de protección social seguridad integral acerca de los colombianos que viven en España y de los españoles que viven en Colombia. Nosotros queremos profundizar, consolidar y ampliar las relaciones entre ambos países, teniendo claro que estas relaciones, como las que tendremos con todos los países, tienen que estar basadas en el respeto a los asuntos internos de cada país y en que las relaciones entre Estados no deben descansar sobre premisas partidistas, sino de cooperación en el largo plazo para lograr la integración y la cooperación. En este sentido, las relaciones entre España y Colombia escaparon a ese interés partidista y avanzaron por muy buen camino, habiendo alcanzando grandes acuerdos en materia de lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de dinero en los últimos años.
Dr. Angelino Garzón, ante todo permitame felicitarle por tan honroso y merecido cargo como vice-Presidente de una de las naciones más comlejas de Latinoamerica estoy muy seguro que ud.desempeñará su cargo de una manera transparente tal como se ha caracterizado durante toda su carrera politica. Y una ves más le deseo de corazón que su negrito de Buga le ilumine todos su caminos y que el Espiritu Santo de Dios le dé la sabiduria que se requiere para tomar decisiones tan importantes, para colocar muy en alto nuestros colores patrios.
Atentamente.
Bernardo Castaño.
C:C:19185555