Aurelio Pastor:”Perú avanzó en la lucha contra la pobreza”

Entrevista a Aurelio Pastor, Presidente de la Comisión Constitucional del Parlamento Peruano

Opiniones

Publicado el 25.10.2010 10:53
Por Ricardo Angoso

“Nosotros somos socialdemócratas, pertenecemos a esa familia, pero la economía tiene más que ver con el pragmatismo que con ideologías con ideas prefijadas”
“Evo Morales es un líder muy agresivo con Alan García, incluso fomentando estrategias de penetración en el Perú de grupos desestabilizadores, sobre todo en el Sur del país”
“El gran desafío que tiene Perú es que sus políticas tengan garantía de estabilidad y continuidad, de no dar bandazos de un lado a otro. Tenemos que seguir luchando contra la pobreza, que todavía es el 30%.”
Aurelio Pastor es una de las figuras de mayor peso dentro del partido gobernante peruano, el APRA, y uno de los líderes que con más ahínco defiende la gestión del actual presidente, Alan García. Hombre moderado y curtido en las luchas políticas, en esta entrevista, realizada en el Congreso de la República de Perú, Pastor defiende esta gestión y advierte acerca de los peligros que acechan a su siempre compleja nación.
Ricardo Angoso: Están a las puertas de una campaña electoral para las elecciones presidenciales, ¿qué escenario vislumbra ante esas elecciones?
Aurelio Pastor: El electorado peruano es muy voluble, pues determinadas circunstancias pueden provocar cambios radicales y giros importantes, como ha pasado en las últimas elecciones habidas en el país. El escenario en el Perú cambia con tanta facilidad que casi es mejor mirar el horóscopo, como decía una caricatura, que las encuestas. Pese a todo, hay cuatro candidatos conposibilidades y de los que más se ocupa la prensa. Luego queda un espacio sin cubrir, que es el natural del APRA, y que una vez que se conozca habrá que medir las posibilidades reales. Será el quinto candidato y mi pronóstico que los dos candidatos que pasen del 20% son los que estarán en la segunda vuelta electoral. Y el APRA si logra unir a todo el electorado aprista estará en la segunda vuelta; ahora las encuestas y sondeos no cuentan con nuestro candidato y creo que eso falsea los estudios. Si García fuera candidato, que no puede, se unirían nuestras fuerzas. Creo, no obstante, que en cuanto se conozca nuestro candidato, podremos medir nuestras fuerzas y ver las posibilidades reales de cada uno de los que se presentan a la presidencia, algo que ahora no me aventuraría a hacer pues nos falta ese elemento decisivo, que esperemos que pronto podamos conocer.
R.A.: ¿Qué balance hace de estos años de gobierno de Alan García y cómo se explica que pese a sus éxitos su popularidad sea tan baja?
A.P.: Esa la característica que define al pueblo peruano: que un día te puede dar todos sus votos y a la elección siguiente no te da nada. Cambia fácilmente de escenarios y candidatos. Alan García ha hecho un buen gobierno, ha tenido importantes resultados, tanto en el campo económico, con notables éxitos en la moneda y en la captación de inversiones extranjeras, y también en el campo social, donde la pobreza se redujó notablemente. Después García ha descentralizado el país en las regiones y en los municipios, que ya manejan el 75% del presupuesto. Se han dado notables avances y cambios positivos, también en la salud y en la seguridad social, donde se han creado importantes infraestructuras, y en la educación, donde nuestros niños ya no están en la cola del continente y con mejores maestros. Luego también quiero destacar que hemos construido nuevos colegios y hemos puesto un importante presupuesto al servicio de la educación. Pero el Perú es así, tiene un electorado voluble y disperso, que votó en una segunda vuelta por Alan García pero que tenía procedencias diversas. La primera vuelta es las de simpatías y la segunda es la de los temores. En cualquier caso, García tiene una buena base de apoyo y cuenta con sectores que le secundan que incluso no proceden del APRA.
R.A.: ¿A qué cree que se debe el llamado milagro económico peruano?
A.P.: El Perú venía con un retraso notable en numerosas áreas, como en las infraestructuras, donde hacían falta obras importantes. Faltaban los recursos y la buena bonanza de la economía mundial nos permitió invertir en ese sentido, pues se comenzaron a demandar materias primarias y Perú sustrajo lo que le reportaba esa bonanza económica a esos sectores que necesitaban un mayor desarrollo: La fiscalidad se benefició de la bonanza económica y después trasladamos nuestros recursos a las ciudades y pueblos de Perú para invertir en infraestructuras. Hemos puesto al país al día de lo que no habíamos hecho en estos años. Fuimos capaces de construir puentes, puertos, escuelas y en general toda suerte de infraestructuras que necesitábamos. Luego, y ya hablo de cara al exterior, también hemos tenido la suerte que las distintas administraciones peruanas han sabido vender la idea de que Perú goza de seguridad fiscal y jurídica, de que somos un país donde se puede invertir sin problemas. Y esa idea caló en la comunidad internacional y las inversiones comenzaron a llegar.
R.A.: ¿Parece que Perú no se ha visto afectada por esa “ola” populista y bolivariana que azota el continente…?
A.P.: Salvo en contados momentos, es cierto que no nos vimos inmersos en esos procesos. Yo creo que todo gobernante, en algún momento, tiene la tentación de caer en populismo; por ejemplo, aquí le pasó a Fujimori, a Toledo y en cierta medida, en el pasado, a Alan García. Creo que nuestros momentos de populismo, sin embargo, no afectaron en lo económico. La gestión económica fue más o menos lineal y no nos apartamos de unas líneas claras más o menos profesionales; quizá esa es la principal razón que explicaría nuestros éxitos.
R.A.: En un continente donde las estructuras partidarias no parecen tener valor y priman los personalismos y los caudillismos, ¿qué aporta el APRA a la vida política peruana?
A.P.: El APRA es un partido que representa un proyecto sólido de ideas y programas, pero que también tenía un componente caudillista desde sus orígenes, incluso desde los tiempos de Haya de la Torre. Después apareció, tras su muerte, la figura de Alan García, que también tenía su componente caudillista y que era un gran líder. Hablo de procesos largos que conforman liderazgos fuertes en el partido y creo que todavía quedan diez años más; pensar un APRA sin Alan García es pensar en el pasado de un APRA sin Haya de la Torre. Pero la historia demuestra que cuando desaparece  un liderazgo aparece otro.
R.A.: ¿No es contradictorio que siendo un partido digamos de corte izquierdista, como ha sido tradicionalmente el APRA, Alan García sea percibido como un líder más de corte liberal?
A.P.: Yo creo que Alan García es aprista. Nosotros somos socialdemócratas, pertenecemos a esa familia, pero la economía tiene más que ver con el pragmatismo que con ideologías con ideas prefijadas. Hemos tenido notables éxitos en lo económico porque no somos dogmáticos y nos adaptamos a las circunstancias internas y externas. Hemos reducido la pobreza, que era un objetivo fundamental para nosotros. También trabajamos por integrarnos y apostamos claramente por UNASUR, donde ya estamos. El APRA no es un fósil, sino un movimiento en marcha y que se adapta a un mundo en cambio. Evolucionamos sin perder de vista nuestros orígenes políticos y sociales, siendo conscientes de que el mundo cambio pero sin perder de vista el ideal de justicia social que defendieron nuestros fundadores, todo ello sin perder de vista nuestra identidad como peruanos y como latinoamericanos.
R.A.: ¿En qué momento se encuentran las relaciones con sus vecinos?
A.P.: Estamos en un momento muy bueno, incluso las escasas tensiones que hemos tenido se han manejado bien. Chile y Perú, que vivieron momentos difíciles, han superado esas crisis y han entendido que tienen que trabajar juntos. Incluso con Venezuela, que parecía que iba ser durante el mandato de Alan García una relación difícil, las relaciones no han sido tan malas y desde el respeto mutuo no ha habido intromisiones de ninguna de las partes en los asuntos del otro. Paradójicamente, pues nunca antes habíamos tenido malas relaciones, con Bolivia empeoraron las cosas y fueron muy tirantes. Evo Morales es un líder muy agresivo con Alan García, incluso fomentando estrategias de penetración en el Perú de grupos desestabilizadores, sobre todo en el Sur del país. Se apoyó al nacionalista Ollanta Humala para desestabilizarnos y tener un peso en el país que realmente no se traducía en lo que realmente deseaban los peruanos. Morales pasó a la estrategia de confrontación, a diferencia de García, que defendía más la cooperación con sus vecinos. Pero, a decir verdad, yo creo que esta apuesta por la estabilidad continental que defendió nuestro presidente le ha colocado en el terreno continental en el segundo lugar en el liderazgo de América Latina tras Lula.
R.A.: Finalmente, ¿cuáles son los grandes retos y desafíos que tiene ante sí Perú?
A.P.: El gran desafío que tiene Perú es que sus políticas tengan garantía de estabilidad y continuidad, de no dar bandazos de un lado a otro. Tenemos que seguir luchando contra la pobreza, que todavía es el 30%. También integrar al Sur del país al proyecto nacional. Y que nuestra economía siga funcionando y generando recursos para desarrollar el país. Gente más pensante para una nación más estable. Estamos en un momento positivo y espero que no haya una involución, sobre todo en el campo económico, donde tenemos que consolidar nuestras reformas económicas y los notables avances que hemos logrado. Pero, en ocasiones, tengo mis dudas de que el proceso no pudiera revertirse y volver a vivir situaciones no deseables, sobre todo por la complejidad política, social y geográfica de Perú.

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