Chávez perdio, Honduras se salvó

Chávez perdió: Honduras se salvó, es el nuevo libro de Ricardo Angoso

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Publicado el 23.09.2011 07:51
Por Mesa redacción Gentiuno

La próxima semana será distribuido en todas las librerías y puntos de ventas de Colombia el libro del periodista español y colaborador permanente de Gentiuno, Ricardo Angoso. Esta nueva obra lleva el título de “Chávez perdió: Honduras se salvó”.
Este nuevo libro narra y examina los acontecimientos ocurridos en este país centroamericano desde el 28 de junio del año 2009, fecha en que para algunos hubo un golpe de Estado y, para otros, un simple recambio institucional que atendía al orden político y constitucional hondureño. “Honduras se salvó porque no cayó en las manos de Chávez, ahora es una democracia libre, pera la amenaza continúa”, asegura el escritor.
Honduras: el verdadero golpe de estado al descubierto.
A continuación algunas consideraciones del escritor:
El 28 de julio de 2009, en un acto previamente anunciado, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue depuesto aparentemente por los militares y forzado a salir del país hacia Costa Rica. Para la comunidad internacional, el asunto estaba claro: se trataba de un golpe de Estado en el sentido clásico de la palabra. Sin embargo, cuando se conocen los antecedentes de este hecho y los planes nunca ocultados del presidente Zelaya, una simple marioneta del presidente venezolano, Hugo Chávez, se verá que las cosas son muy distintas.
Zelaya era el verdadero cerebro del verdadero golpe de Estado que se pretendía perpetrar el 28 de junio, en donde había convocado a los hondureños en una consulta ilegal para perpetuarse en el poder, sentar un régimen de carácter neopopulista siguiendo la estela de los países bajo la órbita de Chávez y disolver las instituciones políticas y legales de Honduras.
Los militares, siguiendo el mandato  constitucional que le habían entregado las instituciones hondureñas, tan sólo cumplieron el papel que tenían asignado dentro del sistema político. El verdadero golpista, si hubiera llegado a cumplir con sus intenciones, era Zelaya. El presidente hondureño, obedeciendo las directrices de Chávez, ya había unido a su país a la ALBA y encaminado su política exterior hacia países como Cuba, Irán, Nicaragua y la misma Venezuela.
Además del proyecto reeleccionista de Zelaya, estaba en juego la inclusión de Honduras en la órbita del bloque castrochavista. Además, cinco meses después de este aciago 28 de junio, el presidente nombrado por el legislativo hondureño, Roberto Micheletti, organiza con éxito unas elecciones generales que culminan con la crisis. La democracia hondureña se había salvado, Chávez había fracasado inicialmente en sus planes. Pero la amenaza continúa.

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