Afincado en Colombia desde hace años tras sufrir la persecución por parte del régimen Chavista, el coronel Isidro Pérez fue testigo, en primera persona, de los sucesos de abril de 2002, cuando una revuelta cívico-militar provocó la renuncia del dictador Hugo Chávez y una breve esperanza de cambio cuando pudo entronizarse, aunque fugazmente el empresario Pedro Carmona. Sin embargo, la alegría apenas duró unas horas, Hugo Chávez regreso al poder y los implicados en aquella compleja “operación” fueron detenidos, como fue el caso del coronel Pérez. Ahora, desde Bogotá, donde reside y trabaja, nos habla de aquellos días y del aciago presente de la nación venezolana, qué él ve como “muy negro”.