De Gaulle tenía razón

De Gaulle tenía razón

Es necesario conformar una alianza militar de naciones libres que se sepan agredidas por el hecho de haberlo sido otra europea.

Es necesario conformar una alianza militar de naciones libres que se sepan agredidas por el hecho de haberlo sido otra europea.
Europa Press

Apesar de los muchos jóvenes de Iowa y Wisconsin que dieron su vida por liberar a Francia, Charles De Gaulle siempre fue hostil a los Estados Unidos. Y eso que los norteamericanos le dieron a París un trozo de Alemania que ocupar y un asiento con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. De Gaulle no creía tanto que, llegado el momento, los estadounidenses no estarían dispuestos a arriesgar la vida de sus ciudadanos atacando con su arsenal nuclear a la Unión Soviética si ésta invadía Europa. Sus dudas se basaban más bien en que, no teniendo Washington interés tangible en defender a Europa, sino nada más que una obligación moral anclada en los principios, acabaría por desertar. Por eso, ya retirado, le dijo a Malraux: “A pesar de su poder, no creo que los Estados Unidos tengan política a largo plazo. Su voluntad, y algún día la satisfará, es desertar de Europa. Ya lo verás”. No vivieron lo suficiente para verlo, pero al fin ha ocurrido.

Han pasado más de cincuenta años desde que se pronunció esta frase y hace un par de meses nadie habría afirmado que el pronóstico del viejo general estaba a punto de cumplirse. Lamentar no haber escuchado su enseñanza como habríamos debido no sirve de nada. Lo procedente es aprender la lección y actuar en consecuencia. El convencimiento del militar se basaba en una afirmación del pensamiento realista: las naciones, a la larga, sólo cooperan cuando tienen intereses comunes. Trump, con acierto o sin él, cree que Estados Unidos no comparte con Europa el interés en preservar la independencia de Ucrania. Y obra en consecuencia.

Así que nos toca enfrentarnos solos al agresor ruso. Y hemos de hacerlo no solamente armados de principios, con la razón de nuestra parte y convencidos de que somos los buenos atacados por los malos. Debemos adquirir la consciencia de que es de nuestro primordial interés que Rusia pierda esta guerra. Y sólo la adquiriremos cuando nos demos cuenta de que, a la larga, lo que está en juego es nuestra propia independencia, no sólo la de Ucrania. Por la de ésta, estaremos dispuestos a hacer algo, como hemos hecho hasta ahora. Pero no será suficiente. Precisamente por eso, hasta hoy, Occidente le ha estado dando a Kiev lo suficiente para no perder, pero no lo bastante para ganar. Finalmente estamos libres de los complejos impuestos desde Washington y podemos ya hacer lo que a nuestro interés conviene, que es derrotar a Rusia. Para hacerlo, debemos olvidarnos, al menos por el momento, del bienestar y tenemos que ocuparnos de vencer. La Unión Europea no puede estar peor dotada para dirigirnos. Es necesario conformar una alianza militar de naciones libres que se sepan agredidas por el hecho de haberlo sido otra europea. La OTAN no nos vale puesto que su miembro principal ha desertado. Es necesario constituir una nueva, que podría ser una resucitada Unión Europea Occidental u otra de nuevo cuño con reglas similares. No tiene maldita la gracia, pero De Gaulle tenía razón.

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