El anunciado fracaso del Plan Arias

Mediado fracasado

Editorial de El Heraldo de Honduras

 

“Me esforcé en estudiar la Constitución de Honduras, no creo que haya una peor Constitución en la faz de la tierra’’, así se expresó recientemente el presidente de Costa Rica; al final develó sus verdaderas intenciones, pues jamás fueron las de coadyuvar o mediar en la actual crisis de Honduras.

Sus palabras son la muestra de su fracaso como mediador, nunca tuvo tal virtud, por muchos esfuerzos que hizo, y la mejor forma de justificarlo es echarle la culpa a nuestra Constitución.

Es lógico, en ella no encontró asidero alguno para sus 12 puntos de la propuesta de San José, que ha tratado por todos los medios posibles imponer a Honduras; no ha logrado con ello realzar su figura como mediador, y mucho menos como estudioso de preceptos constitucionales.

Al final de cuentas, esos dos temas no son en realidad su interés particular, al analizar su trayectoria como mediador en este conflicto, que en un principio todos señalaban que se trataba de un rompimiento de la Constitución, y que ahora dicen que es político, quién les entiende, a la luz se puede apreciar, que ha utilizado a Honduras para que sea su eslabón político, cosa que aparentemente se le diluye de las manos, y se encuentra desesperado por ello.

Para él será la peor Constitución del mundo, “un adefesio’’, como le llama; adefesio porque no encuentra lugar alguno para promover su reelección como presidente, solo así podría justificar en su país que tampoco la de Costa Rica sirve, porque no se acopla a sus intereses políticos. No hay peor fracaso para un mediador que echarle la culpa a norma jurídica.

No ha habido peor mediador en la faz de la tierra que el señor Óscar Arias. Por más esfuerzos que se han hecho por estudiar su conducta como tal, Honduras no puede permitir bajo ningún punto que el señor Arias siga como mediador; la propuesta de San José estaba destinada al fracaso, siempre ha sido un instrumento de aparente legitimidad democrática, en el que todo el mundo intervino, y particularmente el señor Insulza, Chávez, Morales, Cristina, Correa, Zapatero, a quienes impulsan intereses muy particulares para seguir disfrutando de su prebendas.

Pero que el que jamás participó, y jamás se escuchó, fue la evaluación del pueblo del gobierno de Zelaya, por un lado, y también enfrentó desde un principio el blindaje jurídico político de la Constitución de la República, que no ha podido destruir, y que al no poder hacerlo, acude a la más baja apreciación de la dignidad de Honduras, dejando entrever sus pocas o nada de la virtudes de un mediador, pues lo ha utilizado como instrumento competitivo; juzgó a Honduras y sobrepasó el límite fundamental de un mediador: el respeto.

A pesar de estar obligado a proteger la integridad del proceso, es fácil separase de un proceso de mediación de la forma en que lo hace Arias.

“…El diálogo debe venir acompañado por un marco intelectual sólido y, sobre todo, no debe ser presionado por nada ni nadie, puesto que tal imposición es una violación a nuestro derecho de razón, y significa una grieta en el poder pacificador del diálogo”.

Así lo señala el analista político de la Universidad Concordia de Canadá, una de las universidades más prestigiosas en temas de ciencias políticas, en un artículo publicado por La Nación de Costa Rica.

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