Honduras se salvó de caer en las manos de Hugo Chávez, asegura el sociólogo, analista internacional y periodista español, Ricardo Angoso.

El chavismo fracasó al intentar apoderarse de uno de los más importantes aliados de Estados Unidos en la región centroamericana, sostiene el autor de la obra “Chávez perdió, Honduras se salvó”.

En entrevista con EL HERALDO, Angoso analizó los alcances de su obra literaria y el panorama actual del país tras los acontecimientos del 28 de junio de 2009 y luego de la llegada al poder del presidente Porfirio Lobo. A continuación sus impresiones.

¿Qué contiene el libro “Chávez perdió, Honduras se salvó”?

El libro cita dos cosas, una que el proceso y la crisis que lleva a los sucesos del 28 de junio de 2009 no son los sucesos que atendían a lo que había sucedido los días previos, sino que era una crisis que se venía dando desde la llegada de Manuel Zelaya al poder y después que no solo habían causas internas en el proceso hondureño, sino que había claramente causas externas que es la permanente intromisión de Hugo Chávez a los asuntos continentales. La tesis final del libro vendría a ser realmente que quien tiene las cosas claras en este continente, quien tiene un proyecto hegemónico es Hugo Chávez.

¿Qué fue lo que perdió Hugo Chávez?

Pues yo creo que Chávez ha tenido un gran interés en Centroamérica porque como él dice: ‘Centroamérica es la punta de lanza del imperio’, no olvidemos los tradicionales lazos que han unido a esta región con Estados Unidos y más el caso concreto con Honduras, que era parte del proyecto geo estratégico de Hugo Chávez y era uno de los aliados naturales y tradicionales de los Estados Unidos.
Chávez perdió en introducirse a un país que había sido un aliado fundamental, sobre todo en los tiempos de guerra fría de los Estados Unidos.

¿Y qué ganó Honduras?

Yo creo que Honduras estuvo a punto de caer en manos de Hugo Chávez, aquí había un proyecto de sentar y fundar un régimen, el señor Zelaya tenía clarísimo y el 28 de junio aquí lo que se estaba preparando era la disolución del Legislativo, la cuarta urna estaba amañada y preparados los resultados. Se iba a disolver el Legislativo, se iba a crear una asamblea constituyente que pretendía crear un régimen siguiendo un poco la estela de lo que yo denomino ‘la franquicia chavista’, la cual la componen todos estos países como Ecuador, Bolivia, Cuba, Venezuela.

¿Cuáles fueron los errores del expresidente Manuel Zelaya?

Yo creo que el ex presidente Zelaya recibió durante el 2009 hasta el 28 de junio suficientes avisos que su deseo de ser reelegido era absolutamente erróneo y que iba en contra del orden constitucional y político hondureño, yo creo que él se saltaba las normas del juego político y constitucional.

¿Qué pudo haber ocurrido en Honduras si Chávez y Zelaya logran sus objetivos?

Creo que lo primero, un ataque al pluralismo político, evidentemente porque lo que pretendían era crear una asamblea constituyente siguiendo las reglas del juego. Además, el señor Zelaya demostró que no tenía ningún escrúpulo, que le daba exactamente igual lo que pensaran las instituciones hondureñas. En los días previos a los sucesos del 28 de junio, tanto la Iglesia como las Fuerzas Armadas, como los dos grandes partidos, el propio partido Liberal, asímismo numerosos líderes políticos, le avisaron de que estaba pasándose el semáforo en rojo.
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Mel’ Zelaya se quedó absolutamente solo, de hecho ha tenido que crear un nuevo partido político para volver a la vida política hondureña y participar en futuras elecciones, un partido que según los sondeos, porque aquí hay un férreo bipartidismo, no tendría más allá del cinco por ciento de los votos, seguramente.

¿Cómo ve el país después de la llegada al poder del presidente Porfirio Lobo?

Desafortunadamente habían muchas expectativas con el presidente Lobo, creo que algunas han defraudado y otras se han cumplido.
Voy a empezar por las que se han cumplido, creo que el proceso de reintegración de Honduras a la comunidad internacional ha funcionado relativamente bien, Honduras ha sido reincorporada a las instituciones internacionales pero quedan muchos desafíos internos, uno de ellos es la inseguridad, como hemos visto con el asesinato del hijo de la rectora (de la UNAH), yo creo que la inseguridad va a ser uno de los grandes desafíos del presidente Lobo.

¿Cuál debería ser la postura del gobierno de Honduras frente a los países del sur, después de los sucesos del 28 de junio de 2009?

Yo creo que lo que tiene que hacer el presidente Porfirio Lobo es no olvidarse de quiénes son los amigos de Honduras, yo creo que a veces los olvida, confunde a los enemigos con sus amigos, yo creo que, por ejemplo, el reconocimiento de Palestina por parte de Honduras es absolutamente erróneo, Israel ha sido uno de los grandes amigos de Honduras en toda esta crisis, es un país que nunca rompió sus lazos cuando ocurrieron los acontecimientos del 28 de junio y el señor Porfirio Lobo, yendo hasta las Naciones Unidas y favorecer el reconocimiento a Palestina, no está haciendo ningún favor a Honduras.

¿Le conviene a Honduras apoyar la estructuración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) que pretende crear Hugo Chávez?

Creo que Honduras no debe perder de vista que lo primero es intentar restablecer y revitalizar todos los órganos centroamericanos, la integración centroamericana después de la crisis hondureña ha quedado maltrecha y ha quedado mal herida, creo que es el primer proceso de integración regional que debe atender Honduras.

¿Cómo interpretar la participación de Chávez en la firma del Acuerdo de Cartagena en mayo pasado?

Yo creo que el Acuerdo y lo resumo, ha sido el pagar un precio demasiado alto con los riesgos que tiene por una hazaña, por un éxito, que no tiene ninguna relevancia. Yo creo que la OEA es un ente moribundo en estos momentos, es decir, por la reintegración de Honduras aceptar que Zelaya regrese y conforme un partido que se declara revolucionario y que va a pretender desestabilizar la vida hondureña, creo que el presidente Lobo ha pagado un precio demasiado alto por una ganancia muy pequeña.