Editorial de La Tribuna
HECHO EN HONDURAS
ESTA crisis política que nos golpea, agregada a los efectos de la crisis económica mundial que ya sufríamos, el cerco internacional al país, sin flujo de recursos externos ya que la cooperación internacional ha paralizado desembolsos y los organismos de crédito han suspendido financiamiento, incluyendo a muchos proyectos ya en marcha, no sólo afecta aquí, a lo interno, sino a toda la región. Así que, el daño bien puede ser local, pero en la medida que arrecie el mal que nos hagan igual contagiará a otros países del vecindario. El cliente más importante de muchos países centroamericanos es Honduras. Y en la medida que aquí los consumidores tengan que apretarse la faja, también se verá afectado el comercio regional.
Y si para otras instituciones internacionales somos uno más del bulto de los problemas, la importancia que tiene Honduras en Centroamérica, debió de calibrarla mejor el BCIE antes de actuar políticamente, atentando contra la integración, cuando su objetivo fundamental es de carácter económico y financiero a servicio de toda la región. Bien que el Fondo Monetario haya congelado la ayuda (en Certificados Especiales de Giro) que le tocaba a todos los países para ayudarlos a sobreponerse de esta crisis mundial que azota, como si el gobierno al que quieren castigar fuera todo el pueblo de Honduras. Ya sabemos que el FMI no tiene corazón, pero el BCIE, que es banco de la integración centroamericana, es el colmo.
Aparte de ello, por aquí pasan mercaderías con destino a Puerto Cortés, y quiérase que sí o que no, ese sigue siendo el puerto principal para las exportaciones centroamericanas. No sabemos cuánto exportamos a México y si ocupan lo que mandamos, pero seguramente, como buenos consumidores que somos, compramos bastante de ese país, al que repercutirá, en algún grado, cualquier efecto negativo que sufra nuestra economía. Lo que exportamos bastante son migrantes. De continuar la situación inestable como hasta ahora, la ola masiva que huye del país en busca de mejores derroteros, con rumbo a los Estados Unidos, pasa por México. Hasta donde nosotros sepamos toda esa gente, en tránsito, no es del todo bienvenida en aquel país, aparte de la responsabilidad que les acarrea, ya que ese gobierno debe velar por los derechos humanos, no sólo de los mexicanos.
Mientras no se resuelva este berenjenal el país continuará estando solo. Satisface, entonces, saber que en aras de impulsar el mercado interno y la producción nacional, han lanzado el programa “Hecho en Honduras”. El innovador proyecto tiene como objetivo el consumo de productos nacionales a través de una estrategia integrada entre el gobierno y el sector empresarial. A la campaña, cuyo eslogan es, “Hecho en Honduras, lo nuestro es mejor”, también se sumará la Asociación de Municipios de Honduras, supermercados, pulpería, mercaditos y centros de abasto a nivel nacional. Qué buena iniciativa. A consumir lo propio, y ojalá todos esos sofisticados que mandan a hacer sus cosas al extranjero, sepan que aquí hay producción y comercio nacional que deben cuidar, más hoy, que tanto ocupamos valernos por nosotros mismos. A ver si esos negocios que todo lo importan, incluyendo lo que aquí bien se puede hacer, amparados en exoneraciones fiscales, también se impregnan un poco de orgullo nacional y deciden abastecerse internamente.