Hezbolá se hace con el poder en el Líbano, mientras Egipto y Jordania se tambalean

¿Vientos de guerra para Israel?

Las consecuencias no deseadas de la revolución democrática árabe para el Estado hebreo

Por Ricardo Angoso

El reciente, silencioso y maquiavélico golpe de Estado perpetrado por el grupo terrorista Hezbolá en el Líbano, que aupó a la jefatura de gobierno de este país al sunita Nayib Mikati, ha creado un nuevo e inesperado frente de inestabilidad para Israel. Hezbolá cuenta con el mejor ejército del País de los Cedros y recibe pertrechos militares y financiación de Irán, Siria y seguramente Venezuela, al tiempo que mantiene una extensa y densa red de contactos internacionales y relaciones con decenas de organizaciones terroristas y redes  vinculadas al islamismo más radical.

La noticia ha sido recibida con preocupación en el Líbano, pero también en todas las cancillerías occidentales que han trabajado denodadamente en estos últimos años por sostener, casi mediante alfileres, al ejecutivo de coalición de Beirut de corte moderado y pluralista, en donde por cierto también participaba Hezbolá. La reciente salida de las fuerzas moderadas de este ejecutivo que encabezaba Rafiq Hariri no hacía presagiar nada bueno y los peores pronósticos se cumplieron. El detonante de la crisis, no lo olvidemos, son las sospechas de que la investigación internacional por el asesinato del padre de Hariri implican clara y directamente a Hezbolá en el magnicidio, algo que a toda costa esta organización terrorista trata de impedir con la ayuda de Damasco y Teherán.Su perverso juego político, que pasa por la eliminación física de todo vestigio de oposición democrática en el Líbano, quedaría al descubierto.

Así las cosas, la revolución democrática árabe llega para Israel en su peor momento; la preocupación es, cuando menos, justificada. Su casi único amigo y aliado en el mundo árabe, Hosni Mubarak, atraviesa difíciles momentos y es más que seguro que de aquí a unas semanas sea historia. Mientras esto sucede en Egipto, donde la opción más fiable para suceder a Mubarak son los radicalizados Hermanos Musulmanes o el todopoderoso ejército, desde la Franja de Gaza continúan los ataques con misiles caseros contra el territorio hebreo, al tiempo que la credibilidad y legitimidad del hasta ahora único interlocutor palestino que reconocía a Israel, la Autoridad Nacional Palestina, se desvanece por momentos.

FINALES DEL PROCESO DE PAZ

En definitiva, estamos asistiendo al final de un orden que había nacido tras la primera Guerra del Golfo, cuando los Estados Unidos auspiciaron un proceso de paz durante el primer Bush que continuó más tarde Bill Clinton con un relativo éxito. El regreso al terrorismo como instrumento de acción política por parte del controvertido Yasser Arafat y el desinterés creciente del mundo árabe por el proceso, incluyendo aquí a una Siria cada vez más condicionada por Irán, acabaron por situar al borde de la agonía a este difícil y siempre frágil diálogo entre árabes e israelíes.

Ahora, una vez constatado el desinterés total por abandonar las prácticas terroristas por parte de Hezbolá y Hamas, dos de los principales actores de Oriente Medio, y la negativa de Siria a sentarse a negociar con Israel acerca del futuro de los Altos del Golán, la situación se comienza a ver con más claridad, aunque también con más pesimismo.

Luego está Jordania, siempre entre dos aguas debido a la presencia de una población palestina que es mayoritaria en dicho reino y se muestra movilizada permanentemente en contra de Israel, y que también atraviesa un momento difícil que podría llevar a impredecibles protestas políticas y sociales que incluso podrían hacer tambalear a la monarquía hachemita que encarna Abadalá II, uno de los principales aliados de los Estados Unidos y Occidente en la región. Además, Jordania es, junto con el turbulento e incierto Egipto de hoy, el único país del mundo árabe que tiene relaciones políticas y diplomáticas con Israel.

Sin haber movido “ficha” y sin apenas haberse manifestado acerca de lo que está ocurriendo en el mundo árabe, de la noche a la mañana Israel se ha visto sumergida en una noche incierta y en un escenario volátil y cambiante. Pese a que son muchos los que  piensan en un cambio a la tunecina en Egipto, es decir, con la salida del dictador de la escena pero con un ejército detrás controlando todos los movimientos del futuro ejecutivo de transición, también no debemos olvidar que ya en 1979 los Estados Unidos intentaron controlar el cambio en Irán de la mano del luego asesinado Chapur Bajtiar apaciguando el “fuego” iraní con la salida del Shah.

De nada sirvió, pues en apenas unas semanas el ayatollah Jomeini se hizo con el control de la situación y fue eliminando una tras otro a sus antiguos enemigos y a los tontos útiles, como los comunistas, que le habían apoyado en su peculiar “revolución islámica”.Aunque ambos países son muy distintos, pues Irán es persa y se encuentra en Asia, mientras que Egipto es árabe y se encuentra enclavada en la orilla oriental mediterránea, las similitudes también son muchas. La potencia y el liderazgo social de los Hermanos Musulmanes no se debe desdeñar.

En Israel, que ya examinaba con preocupación la evolución de los corruptos y cleptómanos regímenes árabes desde finales de los años ochenta, en que el mundo cambió tras el final de la Guerra Fría y se anunciaban cambios a nivel planetario, nadie esperaba que estas reformas se fueran  a realizar de una forma tan abrupta y rápida.Si cayeran Jordania y Egipto en manos de gobiernos no amigos, Israel se quedaría completamente aislada en la zona en todo el sentido de la palabra y rodeada de enemigos, una situación muy parecida a la que ya vivió hasta el año 1979, en que se firmaron los acuerdos de Camp David por los que el Estado hebreo entregaba el Sinaí a los egipcios.¿Volveremos al statu quo anterior a esa fecha?, esa es la gran cuestión del momento. Por ahora, suenan vientos de guerra y algunos en la región parecen más empeñados en empujar hacia esa dirección que hacia la paz.

rangoso@lecturasparaeldebate.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *