ENTREVISTA A MARTHA LORENA ALVARADO DE CASCO,
VILLE-CANCILLER DE LA REPÚBLICA DE HONDURAS:
“NOS HAN TRATADO PEOR QUE A LA CUBA COMUNISTA”
“NO ACEPTAREMOS NUNCA EL REGRESO DE ZELAYA; ESE ES UN ASPECTO INNEGOCIABLE EN LA ACTUAL CRISIS”
“NOS SENTIMOS MUY DECEPCIONADOS CON LOS ESTADOS UNIDOS”
“ATACAN A HONDURAS PORQUE SOMOS POBRES”
Sin haberlo siquiera buscado, y quizá producto accidental de la difícil situación que vive su país, Martha Lorena Alvarado no lo dudó ni un solo momento y aceptó el enorme desafío que significaba el comprometerse políticamente con el actual Gobierno de Honduras. En esta entrevista, realizada en la Cancillería de la República, Lorena Alvarado nos muestra sus ideas claras y rotundas, y asegura sin titubeos que el ex presidente Manuel Zelaya es el principal responsable de la crisis vivida en este pequeño país centroamericano.
-¿Qué valoración puede hacer de la situación actual que vive el país?
Vivíamos una grave crisis, el liberalismo estaba muy desunido en varias tendencias y tampoco había un liderazgo político en el país. Luego Zelaya comenzó a cambiar, sobre todo a partir del segundo año de mandato, a variar el programa con el que había ganado las elecciones y que le había permitido la nominación como candidato presidencial de los liberales. En definitiva, Zelaya se quitó la máscara liberal y dio un giro hacia la izquierda más radical, alineándose con Chávez e incluyendo a nuestro país en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Fue un enorme desafío para nuestra sociedad, que presagiaba la crisis que estaba por venir. El parlamento hondureño, es cierto, votó a favor del ALBA, incluyendo al actual presidente, Roberto Micheletti, y otros líderes liberales, lo que constituyó un craso error político que después pagamos. Manuel Zelaya, como presidente, intentó acabar con el liberalismo, dividiéndole y generando discordias dentro del movimiento; así también acababa con sus adversarios políticos, como Micheletti. Divide et impera. Dividiendo al liderazgo liberal pensaba que podría gobernar más tranquilamente y, en cierta medida, en un primer momento lo consiguió. Zelaya actuaba abiertamente contra el orden establecido, actuaba fuera de la Ley, puso contra las cuerdas a todas las instituciones y las consecuencias han sido las previstas. Su mandato fue una larga carrera de desatinos y desencuentros institucionales.
-¿Y cuál es la causa del fracaso de las negociaciones entre los partidarios de Zelaya y el actual Gobierno de facto?
Ante una situación de clara embestida por parte de la izquierda y del régimen de Chávez, este país ha reaccionado con entereza y contundencia. No nos vamos a dejar intimidar por Zelaya y quienes defienden la izquierdización del país. Nuestra vía es la democrática, por tanto seguiremos con nuestro proceso electoral, que por cierto en su momento fue avalado por la Organización de Estados Americanos (OEA), y vamos a celebrar nuestras elecciones sin interferencias externas, tal como estaba previsto, para el mes de noviembre. Los sucesos de junio han sido solamente un paréntesis en nuestro proceso político interno, ahora lo que se trata es de celebrar las elecciones con plenas garantías democráticas y como he dicho sin interferencias ni intromisiones externas. Los hondureños tenemos derechos a vivir en paz y en libertad sin que nadie decida por nosotros desde fuera. Lo que ocurrió en junio, el cambio político, es un suceso único e inédito en la historia, algo que se produjo sin derramamiento de sangre y en clave interna hondureña. No dejaremos que Chávez nos imponga su criterio, por mucho que nos haya insultado y faltado el respeto a todos los ciudadanos de este país.
Los hondureños hemos encontrado una fórmula para acabar con las dictaduras y las tendencias autoritarias de algunos. América Latina sufre una plaga de reelecciones y de gobernantes que pretender perpetuarse en el poder al coste que sea, lo cual resulta inadmisible, y desde luego no constituye un buen ejemplo. La destitución de Zelaya ha sido modélica, por mucho que nos critiquen.
-¿No cree que la comunidad internacional ha castigado muy duramente a Honduras y que el país se encuentra muy aislado?
El mundo ha buscado respuestas simples a problemas y situaciones complejas, como lo es la de Honduras. No se ha hecho un juicio ponderado y objetivo de lo que estaba ocurriendo en nuestro país. Desconociendo lo acaecido aquí y la gravedad de la crisis institucional que padecíamos, la comunidad internacional tan sólo apunta y señala como solución al embrollo el regreso de Zelaya, que no es posible ni desde el punto de vista político ni constitucional. Luego, hasta ahora, teníamos asumido el principio de la no intervención en los asuntos internos de otros países, que ahora no practica la OEA, que pretende imponernos una solución que es ajena a nuestro ordenamiento político. Y a la Constitución de Honduras. No podemos aceptar que nadie nos imponga soluciones sin analizar correctamente los problemas y los acontecimientos que aquí han ocurrido en este año. Parece que la comunidad internacional está dispuesta a todo, incluso a castigarnos, para que Zelaya retorne; creo que no es una actuación muy constructiva y que camina por el peor de los senderos. No hay ninguna posibilidad, se lo aseguro rotundamente, de que desde esa posición se pueda construir algo que permita el entendimiento y el diálogo.
-¿Se sienten, por tanto, quizá decepcionados?
Hace falta más análisis y más reflexión. El Secretario General de la OEA, Insulza, se presentó solo en Tegucigalpa con una idea preconcebida de la situación y sin estudiar lo que había pasado, también desconociendo nuestras Leyes y nuestro ordenamiento político. Luego vinieron las decisiones erradas que se toman sólo cuando no se estudian los acontecimientos en profundidad y con realismo. Se nos ha tratado peor que a Cuba, nos han expulsado de la OEA en un tiempo récord y sin apenas escucharnos. ¿Cómo ha sido posible?
Todo ello por no hablar del tratamiento que han dado a nuestros embajadores, que han sido expulsados, incluso denigrados y tratados de una forma cuando menos vejatoria, tal como han hecho España, Argentina, Chile y otros países. Han optado por Zelaya, que ya no es presidente de Honduras y no tiene ninguna legitimidad, en contra de Honduras. Por cierto, ¿quién paga a Zelaya? ¿Quién mantiene a su “corte” en el exterior? La respuesta, seguramente, es Chávez. La comunidad internacional ha actuado con un doble rasero, golpeando duramente a Honduras y silenciado el avance del autoritarismo en otros países. Es grotesco cómo se pretende influir desde el exterior en el proceso político hondureño. Por ejemplo, es lamentable que alguien que se denomina así mismo como “jefe de Estado”, como Zelaya, se presente en la frontera de nuestro país con Nicaragua y monte un circo del calibre que hubo con la ayuda del canciller de Venezuela y de los sandinistas. Fue todo un show que daba vergüenza ajena y que mostró a las claras y ante el mundo la catadura política y moral de un personaje tan esperpéntico como Zelaya.
-¿A qué es debido, en su opinión, ese encono contra Honduras?
Nos atacan porque somos pobres, obviamente. Somos un país débil en la escena internacional, sin apenas riquezas ni recursos naturales. Es triste que la comunidad internacional sin ni siquiera escucharnos haya pasado al ataque desproporcionado y rotundo. No había precedentes en América de un caso así, es algo único.
-Con respecto a Estados Unidos, ¿cómo juzga su posición en la reciente crisis?
Estamos muy decepcionados, no esperábamos una reacción así. Estamos también tristes porque han primado determinados intereses espurios y no la razón política. Nos hemos quedado solos en la escena internacional, es cierto, pero creo que ello también tendrá su lectura positiva; los hondureños estamos hoy más unidos que nunca y decididos a defender nuestras posiciones políticas. Nos asiste la razón y no vamos a dejar que nadie desde fuera nos escriba el guión. Hemos recuperado nuestra dignidad nacional, el sentir de hondureño y la claridad de que nuestra lucha es justa. Estamos defendiendo unos valores y unos principios políticos que ya son parte de nuestro acervo colectivo como hondureños. A partir de ahora, afirmo, vigilaremos a nuestros políticos y trabajaremos para evitar que se reproduzcan situaciones como las que hemos vivido.
-¿Qué lectura política haría para América Latina de los sucesos que han ocurrido en Honduras?
La lectura que hago es que lo ha sucedido en Honduras puede ocurrir en otros países de América, lo que ya es un acontecimiento positivo en el momento que estamos viviendo. Estamos pasado la noche oscura, el momento más difícil, parafraseando a Churchill, pero sabemos que la razón nos asiste y que esta lucha es por la libertad. Chávez ya ha tomado nota de su primer fracaso. Honduras ha sido su primera gran derrota política y de ahí nace su frustración, e incluso odio, hacia lo que los hondureños estamos construyendo.
-¿Qué hacer, entonces, para romper ese aislamiento?
Vamos a utilizar todos los recursos políticos que tenemos. Incrementaremos las relaciones bilaterales con todos nuestros amigos y vamos a defender nuestras posiciones en todos los foros. Luego seguiremos adelante con nuestras elecciones, para demostrar al mundo que nuestro cambio es una apuesta por la democracia. Elegiremos a nuestros gobernantes y dirigentes de una forma transparente y limpia, demostrando al mundo que somos respetuosos con nuestro propio ordenamiento jurídico y constitucional. Será un proceso largo y difícil, pues América Latina ha callado ante los atropellos de Zelaya y muchos países se muestran sumisos ante la Venezuela de Chávez, que les dicta el guión político de sus discursos.
El futuro será muy duro, creo que además todavía no hemos llegado al punto álgido de la crisis y preveo más sanciones, más aislamiento. Pero no hay mal que cien años dure y saldremos adelante, tenemos la determinación de hacerlo y el convencimiento moral de que nos asiste la razón. Con respecto a Estados Unidos, allá ellos si se empecinan en sus errores; hemos sido siempre amigos y aliados, su mejor aliado quizá en Centroamérica. Si nos pierden, se lo aseguro, quizá pierdan el control de toda la región. Tendrán graves problemas y surgirán nuevas crisis, seguramente con Nicaragua o El Salvador. Y Venezuela seguirá interviniendo en los asuntos de sus vecinos sin interferencias de ningún tipo. Estados Unidos tiene que analizar más en profundidad los procesos y cambios que se están dando en este continente, no puede permanecer de brazos cruzados ante los enormes desafíos que tenemos ante nosotros. Luego tampoco nos pueden cerrar todas las fronteras, pues sería catastrófico para toda la región centroamericana; no debe olvidar que estamos en el centro mismo de Centroamérica y que somos un país crucial en las comunicaciones. Finalmente, y como reflexión última, quiero decirle que estamos dispuestos a negociar todo, a hablar con todos y aceptando las ofertas de mediación que se nos presenten, pero no vamos a aceptar nunca el regreso de Zelaya, ese punto es un inamovible en la actual crisis, no tiene vuelta de hoja.