INCERTIDUMBRE Y CONVULSIÓN EN AMERICA LATINA
El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise; violentas protestas en Colombia y Cuba; un comunista al frente del gobierno de Perú; los presidentes de Argentina, Brasil y México seriamente cuestionados por la gestión de la crisis de la pandemia y un escenario social y económico muy propicio para el auge del populismo, junto con otros elementos, han generado un clima político en la región caracterizado por la incertidumbre y la confusión.
por Ricardo Angoso
Haití. Al parecer una conspiración perpetrada desde el interior de la isla, y con la ayuda de una banda de paramilitares contratados para la misión, estaría detrás del asesinato del presidente haitiano Jovenei Mosei y casi el de su joven esposa, gravemente herida en el magnicidio perpetrado en el mismísimo palacio presidencial. Haití, cuya herencia política es nefasta,atraviesa una de las más graves crisis de su historia, tan periódicas como casi “naturales” en su accidentada y atribulada historia. La sombra de una intervención exterior, como casi siempre auspiciada por los Estados Unidos, gravita nuevamente sobre el epicentro de esta crisis aun no resuelta ni concluida.
Colombia. La violencia se apoderó durante unas jornadas realmente caóticas de las calles colombianas, pero con especial intensidad en Bogotá y Cali, y el llamado Paro Nacional, en abierto desafío a las políticas del presidente Iván Duque, ha movilizado en las calles a miles de colombianos cansados del actual estado de cosas en el país y la pésima gestión por parte del ejecutivo de la crisis provocada por la pandemia del covid-19. La situación social y económica está que arde y se prevé que el año y pico que le queda de mandato a Duque va a resultar muy complicado y difícil, sin descartar nuevas protestas e incluso un estallido social de mayor calado.
Lo que no cabe duda es que el impacto de estas protestas en Colombia influirá notablemente en el resultado de las próximas elecciones, previstas para el 2022, en que la izquierda, por primera vez en la historia de esta nación, tiene grandes posibilidades de ganarlas. Solamente errores garrafales, que ya los están cometiendo sus líderes más conocidos, podría llevarles a cosechar una inesperada derrota.
Cuba.En lo que respecta a Cuba, las protestas tenían un significado bien distinto y revelaban el malestar en la isla tras 62 años de una revolución que solo ha causado penurias sociales y económicas y ha generado un régimen repugnante. Los cubanos, de una forma espontánea y convocados por las redes sociales, reclamaban democracia, libertad y el final de una dictadura tediosa, anclada en un modelo político y económico fracasado y que es capaz de recurrir a la violencia más brutal con tal de seguir detentando el poder. Centenares de cubanos fueron detenidos, torturados e incluso asesinados por las fuerzas de seguridad del régimen que mostraron al mundo la peor de sus caras, a pesar de que algunos en España todavía se niegan a condenar al oprobioso régimen que convirtió a esta isla en la mayor ergástula del planeta.
GIRO A LA IZQUIERDA EN CHILE Y PERU
Chile. En este país, las elecciones para la Asamblea Constitucional, celebradas en mayo de este año, otorgaron una rotunda victoria a la izquierda y significaron un duro golpe para la derecha, representada por el presidente Sebastián Piñera, cuyo gobierno acaba su mandato seriamente cuestionado y criticado por su política social y económica. La nueva cámara, que tendrá que redactar una nueva Constitución política para el país poniendo fin teóricamente al pinochetismo, eligió, en un hito histórico, a una mujer y mapuche como presidenta de la misma, la profesora Elisa Loncón. La derecha liderada por Piñera apenas superó el 20% de los sufragios, cosechando una derrota espectacular y casi inédita en la historia reciente de Chile.
Perú también giró a la izquierda en las elecciones celebradas en abril y después de una reñida contienda, en la que incluso para la presidencia hubo segunda vuelta, el candidato de Perú Libre, el socialista Pedro Castillo, fue elegido presidente de la república, aunque la candidata derrotada, Keiko Fujimori, sigue manteniendo que hubo fraude electoral. A pesar de que el nuevo presidente electo ha mandado algunos mensajes tranquilizadores al país, intentando calmar los ánimos y evitar la temida fuga de capitales, el mundo económico está seriamente preocupado por las medidas que pueda tomar durante su mandato e instintivamente se piensa que el nuevo mandatario pueda optar por la “vía venezolana”, lo cual supondría un desastre de inimaginables proporciones. Los recientes nombramientos del nuevo mandatario, en la línea más izquierdista de lo esperado, han provocado hundimiento del sol frente al dólar americano, la fuga de numerosos capitales hacia el exterior y el desplome de las bolsas locales. Abróchense los cinturones.
Venezuela. El dictador venezolano Nicolás Maduro, que parecía desahuciado internacionalmente hace unos meses, ahora cuenta con un escenario regional absolutamente favorable tras los cambios políticos en Argentina, Bolivia, México y Perú. Si a ese escenario le añadimos que el próximo año celebrarán elecciones Brasil y Colombia, en que los candidatos socialistas están en ascenso y con posibilidades de ganar en ambos países, el giro a la izquierda se consumará en toda la región y el régimen venezolano se mantendrá durante años ajeno a cualquier inesperada turbulencia. Los Estados Unidos hace ya años que se desinteresaron de los asuntos de América Latina y no harán nada de nada por propiciar un cambio en Caracas.
LOS CUESTIONADOS PRESIDENTES DE ARGENTINA, BRASIL Y MEXICO
La crisis provocada en todos los ámbitos de la vida por la pandemia del covid-19 ha causado grandes estragos sociales y económicos en todos los países del continente, bien sea gobernados por la derecha como por la izquierda.
Argentina. La gestión de esta situación tan anómala e inesperada ha estado en el ojo del huracán, por ejemplo, en este país, donde el ejecutivo actuó muy lentamente a la hora de comprar las vacunas en los mercados internacionales y también ejecutó de una forma negligente el plan de vacunación en el país, cosechando un escaso 12% de vacunados totalmente en este momento, muy por debajo hasta para los estándares latinoamericanos. Si a estos monumentales errores del gobierno del presidente Alejandro Fernández le sumamos la caótica situación social y económica, Argentina atraviesa una de las más graves crisis de su historia. La inflación superó este año el 47%, la pobreza se sitúa en el 46%, casi la mitad del país, y el peso argentino vale cuatro veces menos que hace tres años, un indicador de que la capacidad de compra ha caído para la mayoría de los argentinos y que explica la crónica fuga de capitales en esta nación ahora abatida y devastada por el covid-19.
Brasil también está en el punto de mira de la mayor parte de los medios internacionales y locales a tenor de la nefasta gestión del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que tomó medidas contra la pandemia muy tardíamente y negando desde sus orígenes la existencia misma. Bolsonaro, como otros líderes negacionistas del planeta, finalmente se contagió. Medió millón de brasileños han muerto a causa de la pandemia y hay veinte millones de contagiados, el tercer país del mundo con más casos. El plan de vacunación también ha sido lento y las expectativas económicas, en medio de una recesión clara y rampante, tampoco son nada buenas; Brasil solamente creció un raquítico 1% en el primer semestre de este año y nada indica que las cosas vayan a cambiar por ahora. El clima político también le es adverso a Bolsonaro. El expresidente y candidato de la izquierda Lula da Silva lidera todas las encuestas de opinión de cara a los comicios presidenciales de octubre de 2022, a pesar de que aún no confirmó de forma oficial su candidatura, y supera ampliamente al actual presidente.
México. Las boutades del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, pasarán a la antología del disparate seguramente, como cuando blandió como el arma salvadora frente al covid-19 una estampita de la Virgen de Guadalupe, desdeñando el uso de mascarillas y de otras medidas preventivas frente al virus. Como era lógico de prever, el presidente y algunos miembros de su equipo se acabaron contagiando y hubo que improvisar una nueva estrategia más realista frente a la enfermedad, a pesar de que las medidas restrictivas fueron mucho menos rígidas que en otros países de la región.
Al presidente mexicano, tal como está discurriendo su mandato, las cosas no le están yendo muy bien y la violencia está desatada, con casi 15.000 homicidios en lo que va este año y reinando la más absoluta impunidad en casi todos los casos. Las ciudades de México se encuentran entre algunas de las más peligrosas del mundo. Los 16 carteles de la droga que operan en el país, que encabezan la lista por su peligrosidad el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, controlan el tráfico de drogas en todo el país y en la frontera mexico-norteamericana, poniendo en evidencia la capacidad del ejecutivo mexicano para vencer al crimen organizado. Un caos total, sin necesidad de emplear otros eufemismos, querido AMLO.