JERUSALEM NO ES UN ASENTAMIENTO
Ana Jerozolimski
Semanario Hebreo. Uruguay
Cada día tiene su nuevo escándalo. El conflicto israelo palestino es una fuente inagotable de incidentes, choques, tensiones, titulares y discusiones. Ahora le tocó el turno al barrio de Guilo, al sur de Jerusalem, donde la Municipalidad aprobó la construcción de 900 nuevas unidades de vivienda.
La Unión Europea publicó un comunicado en el que afirma haber quedado “atónita por el plan de ampliar el asentamiento de Guilo en Jerusalem oriental”. Y poco antes, el Presidente de Estados Unidos Barack Obama declaró que “la expansión de los asentamientos no dará más seguridad a Israel”.
Pues sentimos que es imperioso hacer una aclaración.
Los asentamientos, a nuestro criterio, no sólo que no darán seguridad a Israel sino que a menudo la complican seriamente, además de la problemática que trae aparejada su existencia misma en el territorio en el que está claro que deberá crearse el estado palestino independiente. Eso, inclusive sin tomar en cuenta las derivaciones sociales y culturales que tiene el fenómeno de los asentamientos para el Estado de Israel. A nuestro criterio, son en gran parte, derivaciones negativas, por más que no olvidemos que la nación judía no nació en Tel Aviv sino en Judea y Samaria .Pero creemos que la historia tiene su propia dinámica y que es más sano para Israel no tener ciudadanos viviendo hoy allí.
Sin embargo, Guilo no es un asentamiento. Es cierto que fue construido en territorios conquistados en la guerra de los Seis Días en 1967, al sur de Jerusalem. Es verdad que se halla más allá de la así llamada “línea verde”.Pero ya es parte integral de la capital israelí. Es un barrio con 40.000 habitantes, sin duda parte del consenso israelí, una zona que ningún israelí considerará incluir en eventuales nuevas retiradas en el marco de un acuerdo de paz con los palestinos.
También eso es parte de la dinámica de la historia, la misma por la cual creemos que hoy no debería haber israelíes en zona de mayoría palestina, aunque sean los sitios mencionados en la Biblia.
Personalmente, consideramos que inevitablemente se llegará al momento en que habrá una división de Jerusalem. Eso no significa entregar el Muro de los Lamentos a nadie, pero sí comprender que nada tiene que hacer Israel con barrios árabes que están más allá de la línea del 67, que nada tienen que ver con la historia judía.
Pero una cosa son los barrios de población árabe que quedaron dentro del perímetro de Jerusalem después de 1967 y otra distinta es la situación de zonas como Guilo , un barrio judío erigido en 1971, en el que se construye hace más de 40 años. La mejor prueba de que es un barrio de población judía, es que al comienzo de la segunda intifada, de las aledañas zonas de Beit Jallah y Belén, del otro lado, en la Autoridad Palestina, se abrió fuego intensamente hacia las casas de Guilo.
En el marco de la tormenta de reacciones –llamémosle “polémicas” – a la nueva construcción (aunque no fue asunto del gobierno sino de las comisiones municipales que autorizan los distintos planes), nos resultó especialmente chocante una frase del Presidente Barack Obama. El Presidente norteamericano comentó que situaciones como ésta “amargan a los palestinos de modo que puede llegar a ser peligroso” y “prejuzgan el resultado de las negociaciones sobre el estatuto permanente y amenazan la viabilidad de la solución de dos Estados”.
Aunque es indudable que Obama desea lograr una solución negociada, pacífica, que traiga la paz tanto a palestinos como a israelíes, tememos que no conozca lo suficiente la mentalidad en la zona, y no comprenda que extremistas pueden tomar sus palabras como justificación para eventuales ataques contra blancos israelíes. Es que seguramente en eso pensaba al hablar de algo “peligroso”.
Respecto al resultado de las negociaciones, quizás precisamente para garantizar que estas, cuando sean reanudadas, sean fructíferas, sería bueno que también los líderes hagan saber al pueblo lo que ya está claro que no pasará. Que tanto Obama como el liderazgo palestino comprendan que Israel no se ve a retirar de Guilo porque es parte de su capital.
Ilusionar al pueblo al respecto es un error.
Para llegar a un acuerdo que realmente haga posible un estado palestino que viva con dignidad, las dos partes tienen que ser realistas .Y no vendría mal algo de ayuda de afuera, de esa que hoy llegó, a nuestro criterio, con el tono equivocado.