Los errores del zelayismo, pobre Honduras

El alto costo de un error

Columnistas 9 Octubre, 2009

Por: Boris Zelaya Rubí

boris_zelaya_rubi1Los “resistentes”, golpeados, heridos, encarcelados y los que a pesar de tener una formación universitaria, creyeron que Mel, era “el enviado” de la izquierda para lograr sus sueños ideológicos, quedarán frustrados, y volverán a ser los revolucionarios de “cafetín”. Su ídolo cual fugaz, simple y corriente político, de los que ha producido Honduras en abundancia, está dialogando para su propio beneficio, sin importarle los que se sacrificaron, para disfrutar su fama y bonanza económica en paz. Varios de sus principales seguidores, quedarán como aves sin nido o apestados políticos, y otros tras las rejas o en el  cruel exilio en condición de prófugos.

Según algunos empresarios, el ex presidente Mel le ha hecho perder a Honduras la bicoca de NUEVE MIL MILLONES DE LEMPIRAS; si las acusaciones contra él son ciertas, ¡qué alto precio estamos pagando por ese error! Un mandatario que pudo pasar a la historia como un gran estadista, no ceja junto a su pacotilla en suplicar a los líderes del mundo que les hagan daño a los hondureños.

Algunos de los ex mandatarios que más le han costado a la nación, por la mala administración de los fondos del Estado y sus estrategias “gansteriles” para escoger su gabinete, todavía se pavonean y viven en opulencia incrustándose por décadas, en los partidos políticos.

A propósito de hombres que han resultado económicamente costosos, hacemos el relato de uno ficticio y otro de la vida real. En nuestros años mozos nos impresionaba el personaje de ciencia-ficción de una serie televisiva, cuyo actor principal interpretaba a un piloto aéreo que tras sufrir un accidente, le adaptaron piezas electrónicas sustituyendo algunos de sus miembros corporales y se convirtió en un héroe con poderes extraordinarios, lo llamaron “El hombre nuclear”, “el Biónico” y el “hombre de los seis millones de dólares”. También se nos viene a la memoria lo que leímos sobre un líder religioso, heredero de la secta musulmana chiíta llamado Aga Khan que acumuló grandes fortunas por las aportaciones exigidas a los creyentes, (empresarios y súbditos) quienes en una ceremonia anual le hacían ofrendas hasta alcanzar su peso en oro y joyas (por supuesto para los mal pensados, no nos referimos a los ex presidentes Callejas y Maduro).

Los relatos anteriores nos hacen reflexionar sobre los errores que hemos cometido en varias oportunidades, al ejercer nuestro derecho al voto, escogiendo personajes que no cumplieron con sus obligaciones constitucionales ni con las promesas de campaña. Salieron más caros y con mayor fortuna que los personajes evocados.

El pueblo está obligado a investigar a cada uno de los candidatos a cargos de elección popular antes de hacer la cruz bajo sus fotos; ¿quiénes son sus padres? (por si vienen  generacionalmente de saqueadores), ¿qué han hecho en su vida por los que menos tienen? ¿Cómo se han proyectado en sus comunidades? ¡Cuidado con los sospechosos de poseer un techo ideológico de vidrio! Tengan la seguridad que si nos volvemos a equivocar, los “constitucionalistas” amantes de la democracia, ejecutarán otra sucesión. ¡Que las once mil vírgenes nos protejan!

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