La cumbre de Patriotas reúne a aliados de Putin, abortistas y alentadores del separatismo catalán
Vox intenta encarar esta semana convulsa con un encuentro de Patriotas por Europa.
Vox trata de exhibir fuerza y dar carpetazo a una semana que el propio Abascal ha reconocido como “dura” tras la salida del líder de la formación en Castilla y León, Juan García Gallardo, que se enfrentó a una cúpula “centralizada”, tal como él mismo describió en su carta, en la que mencionaba incluso “oligarquías” y “fanatismos”. Con el objetivo de posicionarse claramente junto a la dirección nacional y subrayar su lealtad inquebrantable hacia Bambú, el sucesor de Gallardo, David Hierro, ratificó su compromiso tras su nombramiento, anunciando su asistencia al congreso de Patriotas por Europa y asegurando que “abrazaría a Abascal en agradecimiento por su labor por España”.
Este no ha sido el único conflicto reciente en el que se ha visto involucrado Vox. A las puertas de la cumbre de Patriotas por Europa, a la que asistirán varios líderes europeos, diversos cargos electos y afiliados de Vox han expresado su malestar mediante un documento anónimo que ha circulado en las redes sociales. En el texto, critican la decisión de unirse al grupo de Patriotas por Europa y abandonar el ECR de Giorgia Meloni. Además, cuestionan la financiación vinculada a una entidad bancaria húngara, señalando la relación de Viktor Orbán con el presidente ruso Vladimir Putin, y recuerdan el apoyo de Marine Le Pen al aborto.
A pesar de que la cumbre ya ha quedado ensombrecida por las disputas internas del partido, en Vox buscan superar la crisis con un encuentro en el Hotel Marriott, el mismo lugar que utilizó Abascal cuando fue reelegido líder de la formación sin otra alternativa. El líder de Vox y presidente de Patriots será el anfitrión de la primera cumbre del grupo europeo, donde compartirá escenario con figuras como Viktor Orbán, Marine Le Pen, Matteo Salvini, Geert Wilders (Países Bajos), Krzysztof Bosak (Polonia), Petr Macinka (República Checa), Afroditi Latinopoulou (Grecia) y Martín Helme (Estonia), entre otros.
Vox intenta encarar esta semana convulsa con un encuentro de Patriotas, un grupo de corte pro-Rusia, soberanista y profundamente crítico con la integración europea. El presidente húngaro ha mantenido múltiples reuniones con Putin, consolidándose como su mayor aliado en Europa. Hungría no solo obstaculizó los esfuerzos de Europa y Estados Unidos para apoyar a Ucrania al inicio de la guerra, sino que también desoyó las sanciones contra Rusia adoptadas colectivamente por la Unión Europea, permitiendo el pago en rublos a Gazprom para aumentar sus reservas de gas. Además, su lealtad al régimen ruso le ha reportado ventajas, como los préstamos obtenidos de bancos rusos para financiar proyectos estatales.

Le Pen también recibió un préstamo de un banco ruso para financiar su campaña en las elecciones regionales de 2015, argumentando que ninguna entidad europea estuvo dispuesta a prestarle el dinero. Un razonamiento similar al que adoptó Vox, que reconoció haber recibido 9,2 millones de euros de un banco húngaro para financiar las campañas electorales generales y municipales de 2023, alegando que tuvo que buscar financiación en entidades extranjeras porque los bancos españoles se negaron a apoyarlos. Además, la postura de Le Pen sobre el aborto se opone frontalamente a la de Vox, especialmente después de haber votado a favor de la inclusión del derecho al aborto en la Constitución francesa. En España, Vox ha descalificado con dureza a otros políticos por esta cuestión –han llegado a llamar “abortera” a Isabel Díaz Ayuso— .

El líder de la Liga, Matteo Salvini, ha sido un firme defensor de la independencia de Cataluña, e incluso en varias ocasiones ha intentado acercarse al nacionalismo catalán, compartiendo imágenes con la estelada. También brindó su apoyo al fugado Carles Puigdemont cuando fue arrestado en el aeropuerto de Alguer, en Cerdeña, declarando que esperaba que “Italia no se convierta en protagonista de la justicia o la venganza a petición de otros países”. Santiago Abascal ha reaccionado de manera tajante en redes sociales, contra Salvini al que le reprochaba que, “por mucha coincidencia que tuviéramos en materia de inmigración, no aceptamos el guiño al separatismo de un líder extranjero, sea quien sea“. Ahora, según fuentes de Vox, tienen la certeza de que Salvini no volverá a abordar la cuestión de la independencia de Cataluña.
Vox busca dejar atrás las desavenencias para mostrar su fuerza y resaltar su influencia europea e internacional, destacando su relación con la organización más influyente de la Administración Trump, a pesar de que los principios y valores de los miembros de Patriotas por Europa resulten incompatibles entre sí.