CARLOS ALBERTO MONTANER Y GUSTAVO DE ARISTEGUI ANALIZAN EL FUTURO DE AMÉRICA LATINA
UN DIÁLOGO ACERCA DE LOS RETOS Y DESAFÍOS DEL CONTINENTE Y DE LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA
Dos expertos repasan y analizan los recientes acontecimientos en Bolivia, Cuba, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Venezuela, al tiempo que desarrollan un discurso muy crítico con respecto a la política exterior española hacia el continente.
DIÁLOGO acerca del futuro de América Latina entre el Portavoz de Exteriores del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, Gustavo de Arístegui, y el escritor, periodista y activista político cubano Carlos Alberto Montaner.
TITULARES:
“Venezuela se cubaniza, pero no es que lo diga yo, es que lo dice el mismo Chávez. El dictador ya habla de que Venezuela se dirige hacia el mar de la felicidad cubana, su norte político es Cuba y el modelo que él desea para los venezolanos es el colectivista de la isla” (Carlos Alberto Montaner)
“Los gobiernos de Lobo y Micheletti en Honduras son mucho más democráticos que el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, que ha roto con todas las formas democráticas. Y nadie en el mundo condena al régimen de Ortega, que ganó unas elecciones bastante discutibles y no se comporta de una forma muy limpia y transparente que digamos” (Carlos Alberto Montaner)
“Si no fuera porque es un país grande, y con una sociedad civil desarrollada, Venezuela sería otra Cuba, pero el dictador no ha podido porque tiene ante sí un tejido de empresas, organizaciones y, en definitiva, actores de un país libre que no piensan dejarse pisotear por Chávez y verse sin derechos en una tiranía” (Gustavo de Arístegui)
“El único golpe de Estado que hubo en Honduras fue el perpetrado por Manuel Zelaya contra las instituciones para continuar en el poder al precio que fuera. Debemos decirlo bien alto y claro, sin género de dudas y sin complejos. Los mecanismos políticos e institucionales empleados para destituir a Zelaya estaban previstos en el sistema hondureño para encontrar respuestas a los desafíos presentados por el presidente depuesto” (Gustavo de Arístegui)
POR RICARDO ANGOSO
¿HACIA DONDE CAMINA VENEZUELA, SE ESTÁ CUBANIZANDO?
Ricardo Angoso.: Como cubano, y esta cuestión se la hago a Montaner, ¿cree que Venezuela se cubaniza?
C.arlos Alberto Montaner: Sí, pero no es que lo diga yo, es que lo dice el mismo Chávez. El dictador ya habla de que Venezuela se dirige hacia el mar de la felicidad cubana, su norte político es Cuba y el modelo que él desea para los venezolanos es el colectivista de la isla. Se camina rápidamente hacia este modelo de acuerdo a las circunstancias que le permite la realidad venezolana.
R.A.: En los últimos tiempos la represión contra la oposición democrática venezolana se acentúa, ¿crees, Gustavo, que de aquí a las elecciones previstas para septiembre va a continuar actuando la maquinaría del régimen chavista contra los disidentes?
Gustavo de Arístegui: No me cabe duda, conociendo la naturaleza del régimen venezolano y la personalidad de Chávez. Estoy seguro que las persecuciones continuarán, tanto usando medios políticos como fiscales, algo que ya ha hecho en el pasado y que seguramente continuará hasta las elecciones y después. Utiliza la policía y la judicatura, junto a otras instituciones, para aplastar toda forma de disidencia. Los únicos países del mundo que tienen el principio de la sospecha, que es una institución nazi, son Venezuela y Cuba en el mundo. Se piensa que alguien puede delinquir y se le detiene, sin que haya habido el delito, y se le encarcela simplemente porque se sospecha que en un futuro puede delinquir. Es un sistema predelictivo, que sólo existía en el régimen nazi, y que ahora es usado por la dictadura de Chávez. Nos estamos encontrando con un modelo de estalinismo bananero, reinterpretado desde Cuba para Venezuela; se calcula que hay más 100.000 cubanos trabajando en todos los ámbitos en este país, pero muy especialmente en la seguridad y en la policía política del régimen. Venezuela se está cubanizando, la represión chavista se intensifica.
EL ESTADO DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA
R.A.: ¿Considera que el continente está cambiando, que se están dando pasos hacia la consolidación democrática?
C.A.M.: Yo creo que en los últimos dos o tres años el espacio chavista ha perdido intensidad y fuerza, al menos si lo comparamos con como estaban las cosas hace seis o siete años. El chavismo pierde su músculo inicial e interés en las sociedades latinoamericanas simplemente porque se está desacreditando, quizá por las mismas características del caudillo venezolano: Chávez es una suerte de papagayo tropical poco serio y cada vez que habla el mismo se desautoriza y le resta fuerza al Socialismo del Siglo XXI, que es como ellos llaman con un disfraz al modelo comunista. En mi opinión, creo que hay gobiernos que están en primera línea en la lucha por la democracia, como hace el chileno, con Piñera al frente, defendiendo las libertades para Cuba e incluso estoy seguro que el próximo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hará lo mismo en este sentido. Ya nadie defiende al régimen cubano, que es un fracaso en todos los ámbitos de la vida y donde no se respetan las libertades. Ahora, por ejemplo, estos recién liberados de las cárceles castristas están contando al mundo lo que han padecido y son los testigos del horror de la dictadura.
R.A.: ¿Piensas que la democracia está amenazada en América Latina?
G.A.:Creo que en América Latina se están desarrollando estas amenazas y no sólo en Venezuela, sino que también Bolivia, con la persecución de los ex presidentes y otros casos constatados de represión, se camina hacia ese modelo dictatorial. Incluso se desarrolla la justicia indígena, que no es más que dejar al libre albedrío de algunos consejos sin formación jurídica la vida de las personas. Se está avanzando hacia un modelo de corte totalitario con la complacencia y el silencio de algunos países del mundo libre y democrático, que no elevan su voz ni condenan este tipo de situaciones realmente aberrantes. Asistimos a la consolidación y al avance de auténticas dictaduras, muchas de ellas con apariencia “democrática” sin serlo, y muchos prefieren mirar hacia otro lado que condenar este peligroso abismo hacia el que se sumergen muchas democracias del continente.
¿TIENE FUTURO EL BLOQUE POLÍTICO AUSPICIADO POR HUGO CHÁVEZ, MÁS CONCRETAMENTE LA ALBA?
R.A.:¿Se consolidará como un bloque político de futuro la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que lidera Hugo Chávez?
C.A.M.: No lo creo. Considero que la ALBA es una nueva versión de lo que fue el fracasado CAME que unía a los extintos países socialistas. No tiene ningún futuro. No olvidemos que el pacto económico que auspiciaban los soviéticos eran un absoluto fracaso, donde todos los que participaban perdían y no les aportada nada su pertenencia a esa organización. Cuando el bloque socialista se disuelve, el CAME también y pone fin a su ruinosa existencia. La ALBA está condenada al fracaso porque tiene sólo raíces políticas y sus planes faraónicos, como ese banco continental, no saldrán adelante, no funcionarán. Van hacia el desastre, como la propia economía venezolana. Son esfuerzos que no conducirán hacia el triunfo del chavismo, sino a la pérdida de recursos y de tiempo en un empeño que fracasará, pues no tiene bases sólidas y pretende crear un nuevo CAME que ya se hundió y no dio los éxitos esperados. No creo que la ALBA prospere en América Latina, es un proyecto condenado desde sus orígenes.
R.A.: Aparte de este eje antioccidental del que hablas, que tiene sus raíces en el continente americano y cuya máxima expresión es la ALBA, parece que se vislumbra otro bloque de países más en la órbita de la democracia occidental, como pueden ser Perú y Colombia, ¿crees que algo está cambiando?
G.A.: Yo creo que uno de los problemas es el revisionismo, el poner apellidos a la democracia nos acerca más a la dictadura. La democracia orgánica de Franco, la democracia popular y la dictadura comunista alemana, que se hacía llamar la República Democrática Alemana, pero que de democrática no tenía nada, son ejemplos claros de ese revisionismo. ¡Cuántas dictaduras se hacen llamar democráticas! El Socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez no es más que el nuevo comunismo, un proyecto que tenía Chávez desde sus orígenes políticos y que no era más que el desarrollo de una dictadura, tal como está pasando en Venezuela. El modelo de Chávez es el de Marcos Pérez Jiménez, el dictador venezolano que Chávez visitó en España antes de morir. Su modelo es caudillista y dictatorial, no es un proyecto político democrático y no pasa por las libertades, desde luego.
LA CRISIS DE HONDURAS Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
R.A.: Finalmente, ¿les quiero preguntar a los dos si no consideran que la comunidad internacional, incluyendo aquí a la Organización de los Estados Americanos (OEA), ha sido especialmente dura con Honduras, mientras calla sobre los graves sucesos que acontecen en otros países?
C.A.M.: Los gobiernos de Lobo y Micheletti en Honduras son mucho más democráticos que el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, que ha roto con todas las formas democráticas. Y nadie en el mundo condena al régimen de Ortega, que ganó unas elecciones bastante discutibles y no se comporta de una forma muy limpia que digamos. El mundo le ha dado un pedigrí que no se merece. La práctica de gobierno de Daniel Ortega no ha sido muy democrática, pero nadie le condena y nadie le exige nada, como sí se hace con Honduras y con el gobierno legítimo de Porfirio Lobo en Honduras.
Las elecciones de Honduras fueron limpias, transparentes y legítimas, incluso con la mayor participación de la historia y habiendo obtenido Lobo uno de los mayores porcentajes de votos a favor de un candidato en las elecciones celebradas en este país. Es una injusticia como se ha tratado a Honduras. La izquierda ha manipulado informativamente lo que ha ocurrido en Honduras y ha tenido éxito en esta política. No se ha querido entender lo que ocurrió en Honduras, que no fue más que una crisis constitucional porque el presidente había violado las reglas de juego dentro del sistema político. La institucionalidad del país, incluidos el Congreso hondureño y el poder judicial, impidieron que el presidente Zelaya siguiera por ese camino de vulneración de las normas del orden político y constitucional de Honduras. No se quiso ver así, habiéndose generado lo que yo considero una distorsión del verdadero problema. Y luego la izquierda se apoderó de la cuestión hondureña y convirtieron al gobierno de Lobo en una suerte de apestado. Estados Unidos, sin embargo, fue cambiando su política con respecto al tema y comenzó a percibir de una forma más positiva, más objetiva se podría decir, la situación hondureña.
G.A.: En Honduras ha habido unas elecciones democráticas ejemplares que ya quisiera para sí Venezuela. El partido que estaba en el poder perdió dichos comicios y entregó de una forma limpia y democrática el gobierno al partido que ganó en las urnas. El día que Cuba tenga la décima parte de la democracia de la que goza actualmente Honduras, ese día podríamos decir que se ha iniciado en la isla un proceso de apertura democrática, mientras tanto, no. ¿Cómo es posible que a una democracia verdadera como la de Honduras se la expulse de la OEA al tiempo que se invite a una dictadura repugnante como la de Cuba a participar en los trabajos de esa organización? Es un disparate absoluto.
En mi opinión, el único golpe de Estado que hubo en Honduras fue el perpetrado por Manuel Zelaya contra las instituciones para continuar en el poder al precio que fuera. Debemos decirlo bien alto y claro, sin género de dudas y sin complejos. Los mecanismos políticos e institucionales empleados para destituir a Zelaya estaban previstos en el sistema hondureño para encontrar respuestas a los desafíos presentados por el presidente depuesto. La destitución de Zelaya fue ratificada por todas las instituciones democráticas del país.