Rafael Rey, quizá uno de los mejores ministros de Defensa de Perú

rafael-reyRafael Rey: “Perú estará entre los países que liderarán América Latina”

Ex ministro de Defensa de Perú

Ricardo Angoso   lunes, 25 de octubre de 2010

Procedente de la derecha peruana y miembro del Partido de Renovación Nacional, Rafael Rey es considerado, a sus 56 años, uno de los hombres mejor preparados de su país. Ha sido ministro en dos ocasiones y en el año 2009 fue nombrado ministro de Defensa por el presidente Alan García, en un gesto tan significativo como importante, primero por provenir de la derecha y, en segundo lugar, por su militancia en el Opus Dei. Su gestión y buen hacer al frente de las Fuerzas Armadas peruanas ha sido considerada como exitosa e innovadora.

ATENEA DIGITAL: Parece que la era del terrorismo y la violencia política en Perú está superada, ¿es así? ¿Qué medidas concretas se tomaron para acabar con esta lacra?

Rafael Rey: La época del terror, de los ochenta y los noventa, parece superada. Ese terrorismo ni en intensidad ni en calidad ideológica existe ya en Perú; creo que se venció gracias a una serie de factores. Primero por la acción de las fuerzas policiales que aprendieron a luchar contra un enemigo que no daba la cara, como sucede en España con ETA y otros países que sufren también el azote terrorista. Luego, en segundo lugar, la acción del gobierno de Fujimori tuvo éxito frente a las bandas terroristas, pese a que cometió errores, obviamente, y se produjeron algunas violaciones de los derechos humanos, aunque quizá menos que en gobierno anteriores, todo hay que decirlo. Las Fuerzas Armadas aprendieron cómo hacer frente a las nuevas amenazas y, paralelamente, se ganaron el respeto y el aprecio de la población, que comenzó a ver quien estaba a su favor y quien estaba en contra. En tercer lugar porque el Sendero Luminoso de los años ochenta y noventa se inspiró fundamentalmente en las prédicas de la teología de la liberación y estas tesis cayeron finalmente en desuso, no tenían cabida en la acción política, su tiempo había pasado tanto en Perú como en el resto del continente. Y, en cuarto lugar, porque se pusieron en marcha una serie de Leyes, como el arrepentimiento de aquellos que decidieran por su propia iniciativa retirarse de la acción violenta, y por otro lado porque se tomaron acciones extraordinarias que no serían normales en otros tiempos, como por ejemplo lo jueces sin rostro. Estas medidas, que alguna vez pudieron contener errores, al final fueron eficaces en la lucha contra el terrorismo, tal como se puede ver. Finalmente, la colaboración de las autodefensas creadas en las comunidades campesinas con ayuda de los militares fue fundamental en la lucha contra Sendero y su posterior derrota.

Hoy el Perú vive una situación completamente distinta. Vivimos un momento de bonanza económica, como todo el mundo reconoce, y el país se ha convertido en un polo receptor de inversiones. Así hemos conseguido crear empleo, que creció mucho bajo este gobierno, e incluso en algunas provincias del país hemos llegado al objetivo del pleno empleo. Los salarios también han subido, lo cual ha redundado en beneficio de todos y ayudó a aumentar la calidad de vida. En lo que respecta al terrorismo, es ya un fenómenos residual y circunscrito a un área muy concreta del país. En lo que respecta a Sendero Luminoso, hay que reseñar que ya abandonó la idea de llegar al poder como sea y su actividad hoy en día está muy ligada al narcotráfico, como ocurre con las FARC colombianas. No obstante, quiero puntualizar que nosotros nunca hemos denominado a Sendero Luminoso como una guerrilla, tal como se hace en otras partes de América, sino que para nosotros es simplemente un grupo terrorista sin buscar otros apellidos. No hemos caído en la trampa de llamar guerrilleros a unos simples terroristas, a unos desalmados que actuaban contra el interés de todos los peruanos. Los senderistas son terroristas y punto, como los miembros de ETA en España. Sendero Luminoso es una organización terrorista que perpetra acciones terroristas sin ninguna justificación.

¿Cómo examina la irrupción en la escena política del continente de estos fenómenos de corte populista al estilo del que encabeza Hugo Chávez en Venezuela?

En primer lugar, hay una influencia del marxismo, que dejó su marca imperecedera y notable en muchas generaciones del continente. El marxismo, siguiendo las tesis de Gramsci, aprendió la lección de que la verdadera batalla no estaba en las armas, sino en la formación y el control intelectual. Y, por tanto, se introdujeron en la educación, pero especialmente en América Latina. Estas elites que estaban en la educación, muchas veces utilizando la demagogia, fueron el caldo de cultivo ideal para el crecimiento y extensión de estos movimientos populistas. La gente era manipulada por estos movimientos, especialmente estratos de la población poco formados, y al final se hacían con el poder de una forma exitosa. También es consecuencia de la ineficacia de la democracia en muchos de nuestros países, debido a la mala gestión de nuestros gobiernos o al desprestigio de nuestros gobernantes. Luego la prensa tampoco ayudó mucho en el continente, pues se focalizó demasiado en los escándalos políticos y daba poca información seria. Si uno revisa los medios de comunicación de Perú, el mayor espacio está dirigido a aspectos negativos y nada positivos acerca de la realidad del país. En la política ocurre lo mismo, los medios sólo destacan casos de corrupción y escándalos, sin dar cabida a informaciones más positivas, que sin duda también las hay. Hace años el periodismo local tenía más nivel y transmitía al público peruano el fondo y la importancia de los debates parlamentarios; hoy no es así, sino que los medios trabajan por desprestigiar la política y crea un clima nada propicio para la convivencia cívica. Creo que así ha sucedido en Venezuela.

Entonces, en su opinión, ¿Perú es inmune a esta “ola” bolivariana que arrasa en otros países?

Perú ya ha pasado por esta fase; tuvimos en el pasado gobiernos muy cercanos al marxismo que nos trajeron gravísimos problemas sociales y políticos. Muchos ingenuos, incluida gente joven que no vivió aquellos años, tiene nostalgia de aquellos tiempos, pero creo que en general los peruanos estamos “vacunados” ante este tipo de fenómenos y no caeremos en la trampa. Incluso el APRA de la mano del presidente Alan García ha dado un giro radical con respecto a su primer gobierno, sobre todo en lo respecta a la política económica. El Perú ya está “vacunado” de populismo, por nuestra propia experiencia pasada y por los fracasos que tuvo esta política. Está Ollanta Humala, sí, es cierto, que es un populista y un demagogo al estilo de otros del continente, pero no tiene posibilidades reales de llegar al gobierno y está absolutamente desprestigiado ante la opinión pública peruana. Su tiempo ya pasó definitivamente.

Está terminando el mandato de Alan García, ¿cómo ve el escenario electoral ante las próximas presidenciales?

Creo que en el Perú no está dicho todo hasta el día de las elecciones, pues las encuestas no siempre reflejan la realidad. Creo que queda demasiado tiempo para aventurarnos acerca de un resultado preciso y este país es muy voluble para dar una opinión en estos momentos tan tempranos. Prefiero ser cauto y esperar.

¿Cómo se explica el poco gasto que tiene el Perú en defensa, acaso a sus buenas relaciones con sus vecinos?

El bajo gasto en defensa se debe a que en el pasado hubo un mal manejo de los fondos durante anteriores gobiernos que debilitó la acción del Estado en muchos aspectos que hoy tenemos que recuperar. La recuperación económica fue tan prioritaria durante los últimos años que hubo que sacrificar las inversiones y el presupuesto en la defensa del país; era una cuestión de prioridades. Y hoy continúa de esa manera, porque se priorizan otros aspectos que son importantes, como el desarrollo social y la generación de infraestructuras para nuestro crecimiento económico. Sin embargo, pese a ese estado de cosas, seguimos renovando nuestro armamento y creo que destinamos una cantidad racional al proceso de modernización de las Fuerzas Armadas de Perú, que tenían en muchos aspectos un equipamiento obsoleto y poco eficaz.

También la paz que firmamos con Ecuador alejó las tensiones en nuestra frontera y hoy en día tenemos con este país unas relaciones excelentes, como nunca antes habíamos tenido. Con Argentina siempre hemos tenido buenas relaciones, así como con Brasil y Colombia. Chile es un caso aparte, pues siempre hemos tenido una relación especial, en parte porque creo que hay un sector antiperuano en el país vecino y antichileno también en nuestro país. Nos queda por definir una frontera marítima que los chilenos consideran que sí existe, pero nosotros no la consideramos como tal, pues fue fruto de un acuerdo pesquero entre ambos países. Nosotros llevamos ese contencioso a La Haya para buscar un arreglo, lo que fue considerado inamistoso por el anterior gobierno de Bachelet, aunque hay que resaltar que con la nueva administración chilena las cosas han cambiado y hay un clima mucho más favorable para resolver nuestras diferencias. Paralelamente a estos acontecimientos, hay que señalar que el intercambio comercial entre los dos países ha crecido espectacularmente, las relaciones económicas están a un nivel único en la historia. Nosotros pensamos que la integración económica es la clave para que las relaciones con nuestros vecinos avancen y se logre, en un futuro, la ansiada integración política. No obstante, y esta una opinión personal, al margen de lo que justicia internacional determine acerca de la frontera marítima entre Perú y Chile, no veo el riesgo de un conflicto o un enfrentamiento entre nuestros países en estos momentos. Es algo absolutamente descartable.

¿A qué se debe lo que algunos denominan como el “milagro económico peruano”?

Ha habido un buen manejo económico por parte de este gobierno, que ha tomado las medidas oportunas y ha generado confianza. Pero yo creo que ese proceso arranca en la década de los noventa del siglo pasado, cuando Fujimori comenzó a llevar a cabo una reforma estructural del Estado y desarrolló una serie de reformas tendentes a corregir los errores del pasado, sobre todo los que procedían de la dictadura militar que tuvimos. La Constitución de 1993 dotó de una seguridad jurídica a la economía de mercado que no teníamos hasta ese momento. Luego esto gobierno puso en marcha importantes tratados de libre comercio que han tenido un notable impacto en nuestra economía; además aseguran unas normas de comercio internacional que facilitan las cosas e internamente nos dotan de un marco esencial para nuestra economía. Esta política económica que puso en marcha Alan García nos dio la oportunidad de transmitir una imagen positiva en el exterior y fue capaz de captar inversiones extranjeras; nos convertimos en un buen ejemplo de estabilidad económica y nuestras potencialidades fueron bien percibidas por nuestros inversores.

¿Qué balance hace, en definitiva, de este mandato de Alan García?

Muy positivos, estos años han sido muy positivos para el país. Cuando Alan García me convoca para formar parte de gobierno, me explicó que no tendría una segunda oportunidad para enmendase tras su paso por su primer gobierno, que no fue exitoso. Después me explicó que no hay nadie más convencido que un converso y que él lo era, reconociendo sus errores y las políticas en las que creía en su juventud y que habían fracasado estrepitosamente. Ahora, me aseguró Alan García, conozco cuáles son las líneas maestras que tiene que seguir un país para poder salir del subdesarrollo, generar riqueza y abandonar la pobreza. Yo creo que es lo que ha hecho, llevar a cabo un proyecto en que él creía y que está dando sus resultados, como estamos viendo. García no es muy popular, pero sí es más popular que el anterior, Alejandro Toledo, que se fue en el descrédito total. Esta administración, de la mano de Alan García, ha transmitido una imagen de seriedad y honestidad indiscutible. Luego, a diferencia de Toledo, que llevó al nepotismo a sus máximos niveles, García ha transmitido una imagen de austeridad y buen manejo de los fondos públicos sin utilizar la demagogia. Pero cada vez hay más gente que percibe que las políticas aplicadas han sido positivas, que el país va por buen camino y que tiene futuro. Por ejemplo, una encuesta reciente revela que la gente joven no quiere emigrar, que apenas una minoría lo haría, cuando hace unos años, al principio de la gestión de este presidente, era la mayoría, casi un 75% de los jóvenes, la que quería emigrar.

Se habla del buen momento de América Latina, ¿cree que Perú estará entre los países que liderarán el continente en unos años?

No tengo dudas. Estaremos en el bloque de los países líderes. Estaremos como país que apuesta por el desarrollo y el crecimiento económico. Alan García ya señaló ese objetivo en su primer discurso ante el Congreso de la República, augurando que incluso superaríamos a Chile como potencia económica. Tenemos muchas más potencialidades y capacidades que Chile. Asia es un buen ejemplo de cómo se debe crecer y desarrollar a los países. Perú, bajo este gobierno, ha hecho una apuesta exitosa y sí sabemos perseverar en las líneas maestras que ha dejado este presidente, le aseguro que tenemos ante nosotros un gran futuro y seremos líderes en América Latina.


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