EN POLITICA, SUMAR A VECES RESTA
El lanzamiento de la plataforma de izquierdas Sumar, que pretendía ser un espacio político donde convergieran todas las fuerzas de izquierda liderada por la ministra Yolanda Díaz de cara a las próximas convocatorias electorales, ha provocado una grave crisis entre Podemos y esta nueva fuerza por aglutinar a todo el bando progresista en una sola lista.
por Ricardo Angoso
La polémica ha estado servida desde que echó a andar Sumar y la forma con que se gestó, sin apenas conversaciones y acuerdos con Podemos, que claramente quedó fuera del proceso de gestación Luego vino la polémica, cuando el fundador y antaño máximo líder de Podemos, Pablo Iglesias, se desvinculó del proyecto y comenzó a distanciarse de Díaz, a la que previamente había señalado con el dedazo como la máxima líder de la nueva convergencia de izquierdas. Al calor de este pésimo ambiente, una serie de declaraciones poco afortunadas de Díaz fueron la gota que colmaron el vaso y ahora la distancia entre Podemos y Sumar parece, a estas alturas, casi insalvable.
A pesar de que Díaz y los altos cargos de Podemos están en el mismo ejecutivo, como es el caso de Ione Belarra e Irene Montero, las perspectivas de un acuerdo de cara a las elecciones municipales y autonómicas parecen remotas y ya nadie descarta en que haya varias listas de izquierda en las mesas electorales, tal como ya ocurrió en la última convocatoria. Este escenario, con varias listas de izquierda junto con la de los socialistas, debilitaría aún más al bando progresista y beneficiaría claramente a la derecha, que vive un proceso ascendente en términos electorales y goza de mejor salud política.
Aparte de estas divisiones, atizadas también por algunos sectores mediáticos que no ocultan su preferencia por Sumar en detrimento de Podemos, el momento es pésimo para la izquierda, incluyendo aquí a los socialistas, tal como están mostrando casi todos los sondeos y encuestas previas a estas elecciones. La famosa y desafortunada ley del “sólo sí es sí”, las concesiones a los partidos más radicales del nacionalismo vasco y catalán, como Bildu y ERC, respectivamente, la difícil coyuntura social y económica, agravada por la crisis de Ucrania, el cambio en los tipos de interés y una inflación desbocada, y la polifonía de voces dentro de un Gobierno que pasa por una crisis innegable, junto a otros elementos, están empezando a pasar factura a la izquierda y las próximas elecciones del 28 de mayo pueden ser el punto de inflexión de una debacle anunciada para las generales, en las que se juega mucho la izquierda.
SUMAR DIVIDE Y RESTA PRESENCIA A LA IZQUIERDA
La aparición de Sumar ha mostrado en los sondeos que realmente lo que hace la formación de Díaz es dividir el ya de por sí escaso voto que tenía Unidas Podemos, que apenas superaba el 13% en intención de voto en los estudios de mercado en donde mejor se posicionaba su marca. Ahora, con la irrupción de esa sopa de letras que ha significado Sumar, el voto se divide a dos terceras partes para para la nueva marca y un tercio para la vieja, lo cual, con el injusto sistema electoral D´Hondt, sería un desastre en términos electorales y dejaría a Podemos casi en una situación casi extraparlamentaria y a Sumar con un puñado de escaños muy lejos de los 71 que en las elecciones generales del año 2016 obtuvo Podemos.
Incluso el apoyo de Díaz a Más Madrid en la Comunidad de Madrid y en la capital de España, con una Isabel Ayuso desafiante que roza la mayoría absoluta y debilita significativamente a Vox, a tenor de lo que señalan siempre las encuestas, tendría fatales consecuencias para Podemos. El precio de esta apuesta de Sumar por los partidarios de Iñigo Errejón podría dejar a los morados sin su presencia en ambas instituciones madrileñas, ya que las encuestas auguran que podrían no superar el 5% reglamentario para acceder tanto al legislativo madrileño como al consistorio. A este escenario tan adverso para los partidarios de Iglesias y Montero, se le ha venido unir el reciente apoyo de la ex alcaldesa de Madrid Manuela Carmena a Rita Maestre, candidata de Recupera Madrid, otra fuerza a la izquierda que siembra aún más confusión, división e incertidumbre de cara a las próximas elecciones municipales en la capital.
Si esta división se consuma y ambas fuerzas, Podemos y Sumar, caminan sin establecer un acuerdo o coalición electoral de aquí al 28 M, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) podría ver peligrar varias comunidades autónomas en donde gobierna con otras fuerzas de izquierda, como Aragón, el País Valenciano y Asturias, y donde la presencia de varias listas de esta tendencia atomizaría su presencia parlamentaria, beneficiando al PP indirectamente.
Así las cosas, y en pleno cruce de agrias acusaciones entre las partes y desconfianza manifiesta, todo camina a que la izquierda irá muy dividida a las próximas elecciones municipales y autonómicas, recordando a las elecciones a la alcaldía de Madrid en 2019, en que Pablo Iglesias traicionó a Carmena, auspició la formación de una lista de izquierda alternativa, Madrid en Pie, y dividió vergonzosamente el voto progresista. Las consecuencias fueron la pérdida de la alcaldía para Carmena y un fracaso absoluto del proyecto de Iglesias. Ahora, en vista de lo que está ocurriendo y el actual rifirrafe de acusaciones mutuas entre las partes, ese escenario se puede dar de nuevo en Madrid y en otros lugares de España. Desgraciadamente, la izquierda no saca conclusiones de las lecciones del pasado y se aventura hacia terrenos bien inciertos que auguran sonoros fracasos.