Marco Enrique Miyashiro:”Sendero Luminoso espera un cambio en las condiciones para volver a atacar en Perú”

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ENTREVISTA A MARCO ENRIQUE MIYASHIRO ARASHIRO

VICE MINISTRO DEL INTERIOR PERUANO Y RESPONSABLE DE LA DETENCIÓN DEL MÁXIMO LÍDER DE SENDERO LUMINOSO

El ex responsable policial de la lucha contra el terrorismo en la era de Fujimori, Marco Enrique Miyashiro Arashiro, es conocido en todo el Perú por su destacado papel, en el año 1992, en la detención del máximo líder Sendero Luminoso, el “presidente Gonzalo” cuyo verdadero nombre era Abizmael Guzmán. Ahora, desde su puesto de Vice Ministro del Interior, rememora aquellos días para Cambio 16 y nos explica cuáles son los nuevos retos y desafíos que tiene ante sí su país en estos momentos.

TITULARES:

“La detención de Abizmael Guzmán fue fundamental en la derrota de Sendero Luminoso”

“Guzmán nos reprochó, al detenerle, el inmenso daño que estábamos causando a la revolución peruana”

“En veinte años Perú consiguió grandes resultados en la lucha contra el terrorismo”

“Sendero Luminoso tan sólo espera un cambio en las circunstancias para volver a la acción terrorista”

POR RICARDO ANGOSO

R.A.:Tras muchos años de azote terrorismo en los años ochenta y noventa, Perú ha recobrado la seguridad y también la libertad, ¿en qué consistió su exitosa política antiterrorista que tantos frutos les ha dado?

M.E.M.: La diferencia con respecto a España es notable, pues nosotros sufríamos el ataque de dos organizaciones terroristas: Sendero Luminoso, que era maoísta, y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, que se declaraba marxista-leninista. La espiral de violencia comienza en los años ochenta del siglo pasado y se fue cimentando y consolidando hasta los años noventa, cuando la sociedad y el Estado peruanos comienzan una actividad que se puede denominar como inteligencia operativa o policial, que dio su resultado en el año 92 cuando cae Abizmael Guzmán, líder máximo de Sendero. Se trataba, en definitiva, detener y descabezar a los movimientos terroristas al tiempo que se respetaba la Constitución y las Leyes de nuestro país. También respetando los Derechos Humanos, que para nosotros era algo fundamental a diferencia de lo que hacían los senderistas, que estaban inmersos en un aquelarre criminal.

R.A.: Usted tuvo un papel esencial en la detención de Abizmael Guzmán, ¿qué es lo que más le impresionó cuando detuvo al personaje y cómo reaccionó?

M.E.M.:Su primera reacción fue de reclamo, de reproche a los policía, pues nos dijo que nosotros no sabíamos en profundidad el daño que le estábamos haciendo a la revolución peruana que estaba en marcha. Y nosotros le dimos como respuesta: ¿pero usted no se da cuenta de que está destruyendo el Perú física y materialmente?, ¿de los miles de muertos que está causando su labor terrorista? La cuestión es que en su lógica no cabía esta detención. Guzmán pretendía un cambio social, que quizá Perú puede necesitar, pero no por esas vías, y no concebía otro camino que el terror para alcanzar sus metas. Nosotros, en nuestra lucha, lo único que perseguíamos eran las prácticas terroristas que utilizaba Sendero para doblegar y machacar a un país entero.

R.A.: ¿Lo que parece es que en el momento que lo detienen no llevaba una vida muy revolucionaria?

M.E.M.:Así es. Pero esa es la característica de casi todos los dirigentes de estos grupos, que su modo de vida no se asemeja al espíritu revolucionario espartano que exigen a sus acólitos.

R.A.:¿Y fue determinante esta detención en la derrota casi total que ya se presiente de Sendero Luminoso?

M.E.M.: Consideró que sí, pero sin atribuirme toda la responsabilidad, pues tan sólo fui uno de los participantes en esa acción tan notable. La policía peruana considera que el 12 de septiembre de 1992 es el comienzo de la pacificación de Perú y todos los años en ese fecha se celebra una suerte de fiesta. Fue un golpe muy importante, indudablemente.

R.A.: ¿Qué noticias tienen de lo que queda de Sendero Luminoso, sigue actuando tan violentamente como hace años?

M.E.M.:Sendero Luminoso es un grupo maoísta, marxista leninista, que recibe toda la influencia de los sesenta, cuando lo que estaba en boga era la lucha revolucionaria contra el Estado. En este sentido, ellos consideran que su lucha es universal, permanente y multiforme, y lo que hay interpretar, en estos momentos, es que Sendero está esperando un cambio de las condiciones para volver a actuar. El Sendero de hoy todavía actúa a través de dos pequeños grupos y sigue activa, aunque sus acciones son menos potentes.

R.A.: ¿Quién cambió fue Abizmael Guzmán, que ha tenido diversas fases de su desde su detención, es así?

M.E.M.: En el año 93, ya en la cárcel, el detenido envía unas cartas al presidente Fujimori buscando un acuerdo de paz, lo que divide a Sendero internamente, pues muchos senderistas se muestran a favor pero hubo otros grupos que creyeron que un líder revolucionario detenido no puede seguir liderando la revolución. Esos grupos rompieron con Guzmán y se encaminaron por otra dirección política, que es la de la continuación de la lucha revolucionaria sin contar con esa propuesta presentada a Fujimori; este grupo es el que denominamos como Proseguir. Esa división continúa y perdura al día de hoy, siendo la que está ubicada geográficamente en la zona cocalera y ligada a actividades ilegales, como el cultivo de la hoja de coca ligada al narcotráfico. Los senderistas obligan a los campesinos a cultivar la hoja de coca y participan del negocio del narcotráfico, del que consiguen fondos para continuar con sus actividades terroristas contra Perú. Así consiguen el apoyo de estas poblaciones y el dinero para seguir con sus actividades ilícitas.

R.A.: Asistimos en toda América Latina a un fenómeno de resurgir de la violencia, como está ocurriendo en México, América Central y otros países, ¿cómo está Perú en ese sentido?

M.E.M.: En todo el continente hay una clara percepción del problema de la inseguridad, que quizá tiene su base en la propia realidad, pero en el caso de Perú tal como revelan las estadísticas relativas a los delitos estamos por debajo de los países con más violencia. Sin embargo, hay que reseñar que la ciudadanía se muestra preocupada por la inseguridad. La muerte o asesinato de una sola persona es preocupante, pero en el caso de Perú la criminalidad presenta unos indicadores muy bajos.

R.A.: ¿Es segura la ciudad de Lima en comparación con otras ciudades, como por ejemplo Caracas, la más insegura del continente?

M.E.M.: Creo que un barómetro que mide la inseguridad y la criminalidad en el continente Perú se halla en el puesto 16 sobre 22 países, lo que revelaría que somos uno de los más seguros de todo el continente, por encima, desde luego, de Venezuela, que encabeza las listas.

R.A.: Su país ha asistido a un gran cambio tras aquellos años de terror y muerte, sobre todo en los ochenta y los noventa del siglo pasado, están ustedes, en términos de seguridad mucho mejor, ¿no?

M.E.M.: La situación es infinitamente mejor. El cambio que estamos viviendo ahora en Perú, visto en esa perspectiva, es asombroso, pero también asistimos a la emergencia de nuevas formas de delito contra las que hay que luchar. No podemos bajar la guardia frente al delito y al crimen. Por ejemplo, tenemos el problema del narcotráfico que está ligado a la alta producción de coca, en donde Perú se encuentra en tercer lugar tras Colombia y Bolivia. Nosotros, por nuestra parte, pedimos que todos los países, productores y consumidores, hagamos frente al problema con responsabilidad y con todos los medios a nuestro alcance.

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