¿Cuándo se irán las alimañas de Chipre?

Chipre territorio ocupado por Turquía


Tema:
La ocupación del 37% de Chipre por Turquía es una anomalía legal y política prolongada en el tiempo que la UE está obligada moralmente a abordar de inmediato.

Sumario:
Más de un tercio del territorio de Chipre permanence ocupado desde la invasión de Turquía en 1974. Este acto de agresión fue objeto de una condena inmediata por parte de las instituciones de la comunidad internacional. La ocupación y la subsiguiente secesión ilícita en 1983 del territorio ocupado fueron dos hechos condenados reiteradamente por las Naciones Unidas, la Comunidad/Unión Europea y el Tribunal Europeo de las Derechos Humanos. A pesar de todo ello, la victimización descarada de los chipriotas continúa a pesar de ser ciudadanos de la UE desde el 1 de mayo de 2004. Al mismo tiempo, la UE ejerce un papel mundial de defensor de los principios y valores de la libertad, los derechos humanos, la democracia, la dignidad, la solidaridad y la justicia; amenaza además con sanciones a los Estados que violan los derechos humanos de sus ciudadanos. Por lo tanto, si los principios y valores esenciales de la UE han de ser tomados en serio, necesariamente Turquía (candidato a ser miembro de la UE) debería ser objeto de condena y debería empezar, al mismo tiempo, el proceso de liberación de Chipre. De no ser así, la UE estaría minando su credibilidad y prestigio internacional.

Análisis:
La UE es una potencia internacional que afirma promover un orden global más racional y humano. En este sentido, trata de acumular prestigio moral en diversas actividades internacionales que incluyen, entre otras cosas, los derechos humanos, el mantenimiento y la lucha por la paz, la sensibilidad ecológica, la asistencia humanitaria y una generosa ayuda a otros países.
La pertinente discusión acerca del papel internacional de la UE y su identidad emergente está actualmente siendo abordada por la literatura sobre el “poder civil de la UE”, el “poder militar de la UE” o el “poder legislativo de la UE”. A este respecto hay un diálogo “ético” creciente sobre los principios, normas y valores esenciales de la UE, aunque la mayoría de los académicos evitan emplear los términos “ética” o “moral”.
Es curioso que estas discusiones no hayan abordado las obligaciones morales de la UE respecto a la República de Chipre, a pesar de tratarse de un miembro de pleno derecho desde mayo de 2004.

Sin embargo, dado que parte de Chipre sigue bajo ocupación turca, y habida cuenta de la demostrable ilegalidad e inmoralidad de la ocupación, así como la intransigencia y manifiesta mala fe de Turquía, se deduce lógica y éticamente la necesidad de restablecer los derechos humanos y las libertades fundamentales de los chipriotas. Por lo tanto, si bien es cierto que la UE debe promover su papel ético a nivel global, se puede argüir que su obligación moral respecto a uno de sus miembros debe tener una prioridad lógica y política.

La victimización de Chipre a manos de Turquía

La victimización a la que Turquía ha sometido a Chipre desde la invasión de 1974 es fácil de demostrar, una vez que se ponen al descubierto la parcialidad y la desinformación. Puesto que los datos relevantes son muy fáciles de obtener, un mero esbozo debería de ser suficiente en este caso para mostrar que, mientras que los greco-chipriotas se han esforzado desde hace tiempo en conseguir la liberación y “reunificación”, Turquía trata de explotar la ocupación con el fin de obtener su ingreso en la UE y “reunificar” Chipre bajo sus propias e interesadas condiciones.

Además de este chantaje, su importancia geopolítica ha garantizado el trato de favor continuado de Occidente hacia Turquía desde la Doctrina Truman. En cuanto al triángulo Turquía-Chipre-Grecia, la realpolitik frecuentemente inmoral mantenida por Washington y Londres se ha extendido tanto a Grecia como a Chipre. El ejemplo más reciente ha sido el intento de vender el Plan Annan como un “plan de reunificación de Chipre de la ONU”. En realidad, este plan estaba diseñado para servir a los intereses estratégicos de EEUU, el Reino Unido y Turquía, así como a las necesidades idiosincráticas de los turco-chipriotas.
Al mismo tiempo, trataba de exculpar totalmente a Turquía por la invasión y la ocupación, evitaba el restablecimiento total de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los chipriotas e ignoraba las preocupaciones y angustias legítimas de los greco-chipriotas, que son la inmensa mayoría de la población de Chipre.

Los turco-chipriotas autóctonos han sido durante muchos años una minoría en la Chipre ocupada. Son superados considerablemente en número por los colonos turcos ilegales, traídos sistemáticamente para hacer irreconocible la demografía de la República antes de la invasión.
Como apuntaba el Informe del Consejo de Europa de 2003 mencionado anteriormente:
“Pese a la falta de consenso sobre las cifras exactas, todas las partes implicadas admiten queciudadanos turcos han ido llegando de forma sistemática a la zona norte de la isla. Según estimaciones fiables, su número alcanza en la actualidad los 115.000… La cifra de [turco-chipriotas] ha descendido desde 118.000 en 1974 a un número estimado de 87.600 en 2001. Por lo tanto, los colonos superan en número a la población turco-chipriota autóctona en el norte de la isla”.
Esta ilegalidad constituye un crimen de Guerra. Sin embargo, la ONU permitió a estos ciudadanos turcos votar en el referéndum chipriota en igualdad de condiciones que los turco-chipriotas autóctonos.

Turquía y los líderes turco-chipriotas están organizando el restablecimiento del Plan Annan. Reciben un apoyo constante de Washington y del actual lobby europeo de Turquía, ambos empeñados en hacer la vista gorda ante el comportamiento turco ilegal e inmoral. Lo que es peor, este comportamiento se ha agravado recientemente: en primer lugar, por la descarada violación por parte de Turquía de su obligación de abrir sus puertos y aeropuertos a la República de Chipre y, en segundo lugar, por la incesante campaña para construir casas y hoteles en el territorio ocupado, sobre las propiedades que los greco-chipriotas abandonaron durante la sangrienta invasión turca.

¿Merece Chipre la protección ética de la UE?

El peso de la culpa acumulada por Turquía hacia Chipre se debe, entre otras cosas, al continuo uso de la fuerza militar en la ocupación ilegal del norte de Chipre, la violación de derechos humanos elementales y de libertades fundamentales de los greco- y turco-chipriotas, la negativa a reconocer la República –en contraste con el resto del mundo, y la propia UE–, las amenazas tácitas de utilizar de nuevo la fuerza militar en Chipre, la hipocresía y el engaño constantes, la distorsión intencionada de hechos legales, políticos y éticos, el uso incesante del chantaje político y militar además de la violación de la norma esencial de pacta sunt servanda.

Este comportamiento es éticamente intolerable. Demuestra el intento por parte de Turquía de ignorar el acervo normativo (legal y ético) de la UE con la vista puesta en sus intereses egoístas y sus ambiciones geopolíticas. Igualmente doloroso resulta que ciertos miembros de la UE y (recientemente) de la Comisión Europea se crucen de brazos ante las provocaciones ilegales e inmorales de Turquía. Por lo tanto, una vez recordada la lista de los agravios, cualquier retraso adicional a la hora de satisfacer la justa reivindicación de la República de ser liberada equivale a un escándalo ético: paradojas legales, pecados éticos y anomalías políticas están siendo tolerados en beneficio de un experimento geopolítico problemático, amén de sumamente impopular.

Este escándalo ético conlleva profundas implicaciones para la credibilidad y el prestigio de la UE. Una enorme contradicción surge en la celebración retórica de los principios, normas y valores esenciales de la Unión, cuando no se está cumpliendo con lo que se honra. La libertad, la democracia, el respeto los derechos humanos y las libertades fundamentales, el Estado de Derecho, la dignidad, la igualdad, la solidaridad y la justicia no son abstracciones metafísicas, sino los compromisos legales, políticos y éticos constitutivos de la UE. Si se desea que su afirmación y celebración se tomen en serio, en especial cuando se promueven por todo el mundo, es lógico esperar –ética y políticamente– que sean aplicados a fortiori a Chipre y Turquía.

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