El medio británico ‘The Economist’ se va en contra del Gobierno Petro y la izquierda latinoamericana
Según de ‘The Economist’, bajo el actual gobierno “Colombia claramente ha empeorado”.
Sin duda en los últimos 5 años la política latinoamericana ha dado un giro a la izquierda, en el que destacan líderes de posiciones progresistas que van de lo moderado a lo más radical del espectro. Entre las sorpresas de este nuevo mapa político, se encuentra Gustavo Petro, quien pese a todas las tendencias se impuso como presidente de Colombia gracias al voto popular. Se trata del primer presidente abiertamente de izquierda que llega a la Casa de Nariño en 200 años de historia republicana.
Este viernes, el presidente Petro sancionó su Plan Nacional de Desarrollo 2023-2027 (PND) que le permitirá llevar a cabo algunos de sus programas sociales. El documento se llama ‘Colombia, potencia mundial de la vida’ y define la hoja de ruta y las metas por cumplir de su Gobierno. Entre las prioridades que tiene el PND de Petro, se encuentra el desarrollo de las personas, los territorios y el agua.
No obstante, transcurridos nueve meses de mandato, el Gobierno Petro ha venido acumulando ya una serie de controversias y disputas internas y externas, tanto con la oposición liderada por el Centro Democrático, así como con varios de los partidos de coalición que lo apoyaron en un principio, pero a raíz de las reformas que Petro pretende implementar se han alejado del consenso gobiernista.
Es en el marco de estas evidentes dificultades de Petro para mantener un gobierno unido, que el medio especializado ‘The Economist’ publicó un artículo donde critica el liderazgo del presidente colombiano actual, principalmente debido a la disolución de su gabinete ministerial en abril, además el medio lo acusa de coquetear “con el extremo más radical de la izquierda”.
El más reciente artículo del reconocido medio británico se titula ‘A warning to the world: latin american left-wingers’, que se traduce como “Una advertencia para el mundo: izquierdistas latinoamericanos”. Donde analiza a los principales líderes de izquierda en el continente, entre ellos, a los más influyentes según el medio, Lula da Silva, Gabriel Boric y Gustavo Petro.
El artículo, que hace énfasis en cómo los inversionistas temen las economías de izquierda, hace un balance de la actualidad de estos gobiernos, en particular observando el Gobierno Petro, al que califican como un caso “extremo”, destacando la disolución de su gabinete para conformar lo que denominaron “un gobierno de emergencia”. Igualmente, el artículo comenta las reformas que se adelantan en el Congreso, como la de salud y del sistema pensional, precedidas por una gran oposición en el Congreso: “Petro es más extremo. A fines de abril, disolvió su gabinete y llamó a un Gobierno de emergencia después de que varios miembros no estuvieran de acuerdo con aspectos de su agenda, incluida la ampliación de la intervención estatal en el sistema de salud. También ha enfrentado resistencia a sus reformas de pensiones y laborales. Petro reemplazó al gabinete, incluido José Antonio Ocampo, el moderado ministro de finanzas, con sus aliados. Sin embargo, todavía enfrenta oposición en el Congreso”, se lee en el texto.
A nivel general, ‘The Economist’ plantea que hay un estancamiento económico en Latinoamérica (y particularmente en los siete países de América del Sur que cuentan con gobiernos de izquierda) y expone datos del grupo de inversión Goldman Sachs que generaron preocupación: “El crecimiento anual del PIB en el grupo de los siete países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú) promedió el 3,4 % entre 2011 y 2013 y solo el 0,9 % entre 2013 y 2019. Este año, Goldman Sachs estima que será del 1 %. En comparación, el FMI predice que Asia Oriental crecerá un 4,3 % este año. Durante la última década, el PIB per cápita en América Latina ha permanecido prácticamente estancado en términos reales”.
Por otro lado, sostiene que para financiar un mayor gasto social como lo desean estos mandatarios (Petro incluido), América Latina necesita un mayor crecimiento económico y con excepción de Brasil (que tiene de vuelta en la presidencia a Luiz Inacio Lula da Silva) este no se ve reflejado en la inversión, uno de los indicadores claves para materializarlo: “Durante las últimas tres décadas, la participación de la región en los flujos globales de inversión extranjera directa ha disminuido. La burocracia, las políticas inconsistentes y la volatilidad política ahuyentan a los inversores, aunque no a todos: en 2021, las empresas chinas invirtieron $ 6 mil millones en Brasil, la mayor cantidad desde 2017, según el Consejo Empresarial China-Brasil”, explica el medio británico.
Otros indicadores preocupantes en el análisis de ‘The Economist’, son los altos niveles de desigualdad, la desilusión entre la población y una pérdida preocupante de la confianza en el modelo democrático, lo que según el artículo, contribuye a darle impulso a otros extremos políticos, abriendo camino a que gobiernos populistas de derecha como el de Nayib Bukele en El Salvador, o el que vivió Brasil con el antecesor de Lula da Silva, Jair Bolsonaro, vuelvan a tener fuerza.
Asimismo, el informe sostiene que uno de los detonantes de esta situación se relacionan con las intenciones y promesas de reducir la desigualdad, gravando con más impuestos a las clases acomodadas con el fin de implementar y financiar programas de bienestar social. Lo que es la base de toda política social progresista, y algo que siempre ha generado desconfianza en el mercado que privilegia economías más neoliberales. Por estas intenciones generan preocupación en los mercados frente a la viabilidad de las propuestas, debido a que los altos impuestos a los ricos podrían ser responsables de la falta de incentivos para invertir, lo que lleva a poner límites al crecimiento económico y dificultar la generación de empleo y mejoras en el nivel de vida de la población.
De ahí se concluye que Brasil mejoró gracias a sus relaciones con China, mientras Colombia no: “Un peligro es que haya una crisis financiera. Los diferenciales de riesgo de la deuda en la región son generalmente tolerables. Pero en algunos casos han aumentado y, en general, son ligeramente más altos que en los mercados emergentes de Asia. Colombia claramente ha empeorado, mientras que Brasil es más alto de lo que solía ser”.
El medio destaca cómo Brasil mantiene su economía estable a pesar de empezar un gobierno de izquierda, pero en Colombia existe incertidumbre al respecto.