La mayor asociación judía de Europa denuncia la “contribución al antisemitismo” de Josep Borrell
En su conferencia anual los judíos europeos se preguntan cómo seguir viviendo en un continente en el que “el antisemitismo ha crecido en todos lados”.
La mayor asociación de judíos de Europa, la European Jewish Association (EJA),ha celebrado esta semana su conferencia anual en Ámsterdam, en un ambiente en el que había cierto pesimismo por la situación, pero también un ánimo más combativo para “contraatacar” al furibundo antisemitismo que se está viviendo en el continente tras el atentado del 7 de octubre y la guerra en Gaza.
Durante dos días expertos de distintas áreas, responsables de comunidades, rabinos, periodistas e incluso políticos de varios países, incluyendo Israel por supuesto, han debatido sobre la situación de esta minoría y también han sacado conclusiones y llamadas a la acción.
La “contribución al antisemitismo” de Borrell
Sin embargo la parte más llamativa de la resolución final de la conferencia ha sido la dedicada a Josep Borrell, que fue vapuleado en un texto en el que se dice que ha mantenido “un claro y repetido sesgo antiisraelí” que ha contribuido de forma significativa “al antisemitismo actual y a la difamación del Estado de Israel en su conjunto en el espacio público europeo”.
Finalmente, la EJA insta al Consejo Europeo, visto el “daño significativo a las relaciones entre Europa e Israel” y la “contribución al antisemitismo” de Borrell, a “examinar adecuadamente al próximo Alto Representante y garantizar” que la posición y la reputación de este carga “sean explotadas y manipuladas con fines partidistas, como lo fue durante el mandato del Alto Representante Borrell”.
“El antisemitismo ha crecido en todos lados”
El resto de paneles y charlas de la conferencia anual de la EJA fueron una profunda reflexión sobre la situación de las comunidades judías europeas, sus problemas y la situación creada tras el atentado del 7 de octubre.
Se dieron consejos y se contaron experiencias tanto en el terreno de la seguridad de las instituciones e instalaciones judías como en el caso de las personas, ante el hecho de cómo “el antisemitismo ha crecido en todos lados”. Así mismo, se habló también de la necesidad de mantener un contacto permanente con las autoridades políticas y policiales y de las medidas que se pueden tomar, incluso en el plano personal, para aumentar la seguridad.
Los riesgos para la libertad de expresión
Otro de los temas que se trató en profundidad fue las amenazas a la libertad de expresión sobre todo en determinados ámbitos, como muy especialmente las universidades, debate en el que hubo una mención sobre el lamentable papel que han jugado las universidades españolas, que “han ido más allá de lo que reclama el BDS: pues se impide a investigadores israelíes ir a sus universidades” .
Una estudiante israelí–canadiense comentaba sobre lo que ocurre en el mundo académico que “cosas que no era admitido decir antes del 7-O ahora se admiten”, explicaba, contando por ejemplo que ahora “es apropiado llamar a una intifada”. Pero eso sí, “cuando les dices que están llamando a la matanza indiscriminada de judíos se sienten muy incómodos”.