Carlos Gaviria:”El modelo económico colombiano es un fracaso”

CARLOS GAVIRIA

“Colombia es uno de los países con más desigualdad”

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Ricardo Angoso

Carlos Gaviria, veterano líder en las luchas de la izquierda en Colombia y fundador del Polo Democrático Alternativo (PDA), defiende, con vehemencia y convicción, la vía política, la negociación y el diálogo para resolver el largo conflicto colombiano.

Cómo ve al país, en salud, educación, infraestructuras y seguridad?
Yo creo que ha habido progresos, pero muy lentos y no al ritmo que el país lo necesita, y todo ello está bastante relacionado con lo que en Colombia pasa porque cuando se acepta que en este país hay un conflicto armado lo primero que hay que preguntar cuáles son las causas del mismo. Creo que es ineludible que cuando se examine este hecho del conflicto, de la guerra, se tenga en cuenta que Colombia sigue siendo uno de los países del mundo con indicadores de desigualdad social más altos. Somos un país con una tasa de pobreza más altas también del planeta y donde la riqueza está muy mal repartida. Y, por tanto, a mí juicio, si se quiere atender a las raíces del conflicto hay que desarrollar políticas públicas que atiendan a este tipo de necesidades sociales. Creo que, por ejemplo, la Constitución de 1991 es una carta para la paz, en el sentido de que incorporó derechos que no estaban en nuestra tradición constitucionalista, como los derechos económicos y sociales, que en Europa pueden parecer exóticos pero para nosotros son una necesidad, y no ha habido políticas públicas para desarrollar esos derechos, esa es la realidad.

¿Y cómo evalúa, en términos generales, la gestión de Santos?
Yo pienso que hay que ser cuidadoso al evaluar a Santos, pues creo que su proyecto era el mismo que el de Uribe, su antecesor, pero con un estilo distinto, tal como había dicho en la campaña y después; en realidad, su proyecto es el mismo que el de Uribe pero con matices. ¿En qué sentido? Pues que ambos tratan de consolidar un status quo de corte inequitativo como el que existe en Colombia, pero con la diferencia de que Santos cree que para conservar las cosas como están hay que hacer algunas concesiones y está dispuesto a sacrificar algunas de sus posiciones, algo que Uribe no lo hacía. Ese cambio de estilo también se nota en el trato que Santos da a sus adversarios, que es muy distinto al de Uribe: respeta a sus adversarios, sin duda alguna, y eso  dota de distensión al clima político, lo que ha sido, todo hay que decirlo, muy positivo para el país.



Sin embargo, la impresión que se tiene es que la oposición a Santos es Uribe, ¿es así?
Lo que sucede es que Uribe es un líder político que tiene todavía una base social muy amplia que le apoya y eso tiene su resonancia en los medios, pero, en cambio, el Polo Democrático Alternativo (PDA), que somos la única fuerza que se ha declarado en la oposición al presidente Santos, tiene muy escasa representación en el poder legislativo y muy poco acceso a los medios. Incluso no tenemos medios para explicar nuestras propuestas a la sociedad. La pugna entre Uribe y Santos es una lucha menor, en el sentido de que ambos tienen el mismo fin pero utilizan medios e instrumentos diferentes para conseguir sus objetivos, pero en cambio el Polo tiene un proyecto de país muy distinto; sustancialmente somos la única fuerza de oposición. Lo que está ocurriendo, para resumir, es que la oposición de Uribe hace más ruido que nuestras propuestas, las de la izquierda que representa el Polo.

Estamos en un momento muy difícil para la izquierda, ¿no cree?
Evidentemente, es un momento muy adverso para la izquierda. En el año 2006, por ejemplo, las izquierdas de este país, que han tenido controversias centenarias y muy agudas, fueron capaces de unirse y aunarse en torno al programa de unidad que el Polo propuso. A esas izquierdas, además, se sumaron muchos sectores y fuerzas democráticas del país que estaban fatigadas por los proyectos monótonos que sucesivamente se le han propuesto a los colombianos. Pero hay que reconocer, y no debería de decirlo yo, que el hecho de que yo fuera candidato presidencial fue muy significativo, ya que no tenía una tradición de político y era un mero profesor universitario que había sido magistrado de la Corte Constitucional. No estaba implicado ni en escándalos ni en líos de ningún tipo; estaba ajeno a todos los vicios que se le atribuye a la política colombiana, de clientelismo y corrupción, lo que me dio grandes apoyos en la sociedad colombiana, llegando a los casi tres millones de votos. Fue un gran movimiento de las fuerzas democráticas en torno al Polo, agrupados alrededor de la izquierda, y con unas propuestas muy concretas para la sociedad colombiana, para cambiar de una vez.
Luego se empezaron a revivir las luchas internas dentro del Polo y, entonces, el Establecimiento se dio cuenta de que teníamos posibilidades de llegar al poder y nos identificó como su enemigo, como su adversario, como una fuerza que estaba en lo que se denomina como la combinación de todas las formas de lucha para llegar al poder. Y nos atacaron duramente desde muchos sectores. Nosotros no pensábamos en apoyar a la lucha armada, incluso el Polo tuvo la capacidad de atraer a gente que la había apoyado hasta entonces y decidió pasarse a la vía democrática. Fue un gran éxito y un catalizador positivo para toda la izquierda, pero muy pronto se empezaron a revivir las luchas internas entre las distintas tendencias y movimientos. Surgieron las viejas discrepancias que parecían zanjadas, creando grandes divisiones, y a ese proceso se le vino a sumar la hostilidad por parte de un Establecimiento que nos empezaba a considerar como un peligro. Esas dos cosas se acabaron traduciendo en un debilitamiento, una atomización también, dentro del Polo que lo erosionaron externamente de cara a la sociedad.

Desde luego lo que parece es las expectativas para las elecciones del 2014, tal como están las cosas, no so muy positivas, ¿no cree?
Lo que pienso es que la izquierda está desaprovechando una situación privilegiada, una coyuntura excelente para desarrollar su proyecto. ¿Y por qué lo digo? Porque los que tienen a su cargo la defensa del status quo actual están divididos, es decir, la derecha, hablando claro. La derecha está dividida entre el uribismo y el santismo. Santos está algo más al centro que Uribe, eso está claro, aparte de que le ha quitado mucha tensión a la política colombiana, para lo que se mostraba incapaz Uribe, siempre belicista y muy a la ofensiva.
También pienso que si se hiciera un ejercicio heroico de unir nuevamente a todas las fuerzas de izquierda con otras fuerzas democráticas de una forma sana, que ven necesarios ciertos cambios en las políticas públicas, podríamos tener mucho éxito y siempre teniendo en cuenta que esta organización no debe tener ninguna ligazón con la lucha armada, pues no hay nada más desautorizado en Colombia que la organización guerrillera FARC. No hay nada peor que se intente ligar al Polo con las FARC; debemos seguir agitando la bandera de la salida política y negociada al conflicto, lo que nos da autoridad, pero desligados totalmente de la lucha armada.

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