Las primarias del 2023, claro duelo entre la derecha y Sánchez

LAS PRIMARIAS DEL 2023

Las elecciones locales y autonómicas a celebrar en mayo de este año serán un anticipo de las generales que, probablemente, se celebrarán a comienzos del próximo, habiéndose convertido en una suerte de primarias sobre todo para los dos grandes líderes nacionales, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y el popular Alberto Nuñez Feijoo.

por Ricardo Angoso

Aunque nadie quiera presentarlas como tales, sobre todo porque los dos grandes líderes se juegan mucho en las mismas, las elecciones locales y autonómicas del 2023, a celebrar en mayo, han adquirido el cariz de ser una suerte de primarias como antesala a las elecciones generales que, casi con toda probabilidad, se celebrarán a comienzos del 2024. Sea cual sea el resultado de las mismas, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, no convocará unas elecciones generales en plena presidencia de la Unión Europea (UE), que ejercerá por turno rotativo entre julio y diciembre de este año, y seguirá en el poder, casi con toda seguridad, todo el 2023.

Todos los sondeos apuntan, excepto los del CIS del inefable Tezanos, que los populares le llevan alguna ventaja, no muy alta todo hay que decirlo, a los socialistas y que solamente se podría formar un ejecutivo del centro y la derecha si suman los escaños que pudieran obtener las dos grandes fuerzas de este espectro, es decir, el Partido Popular (PP) y Vox. Ambas formaciones ya gobiernan en Castilla León y colaboran en el de la Comunidad de Madrid, donde se mantiene un pacto no escrito para sostener al gobierno de Isabel Díaz Ayuso. El problema radica en que si entre ambas no obtienen los 175 escaños que dan la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados les resultaría muy difícil formar gobierno con otras fuerzas políticas, toda vez que los partidos nacionalistas, como el PNV, ERC o Junts per Catalunya, están en las antípodas del ideario político y programático de estas dos formaciones.

Las elecciones también serán un referendo acerca de la gestión de Sánchez al frente del gobierno y de sus controvertidos pactos con algunos socios de dudosa trayectoria, como el brazo político de ETA, Bildu, y Ezquerra Republicana de Catalunya (ERC), muy contestados por una buena parte de la ciudadanía y por el electorado socialista más moderado, incluyendo algunos barones socialistas, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Sin embargo, es más que seguro que de producirse un resultado adverso, tal como señalan casi todos los sondeos, Sánchez no leerá el mismo en clave nacional y agotará la legislatura aunque sea haciendo más concesiones a sus socios nacionalistas y a su principal socio de gobierno, Unidas Podemos.

Para Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, estas elecciones serán las primeras en la que participará ya como líder nacional del partido y no cabe duda de que su liderazgo está en juego. Las encuestas apuntan a que el efecto Feijóo ya se ha diluido, quizá porque desde el primer momento ha ejercido un hiperliderazgo y se ha expuesto demasiado al fuego, y un resultado adverso en estas elecciones podría poner en juego su cargo. Algunas fuentes maliciosas procedentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aseguran que de darse este escenario para Feijóo, los populares recurrirían a Ayuso como cartel en las generales, algo que, por cierto, quizá no desagradaría  a la presidenta de la comunidad madrileña, que mantiene cauto silencio sobre este asunto.

UNAS ELECCIONES VITALES PARA VOX, UNIDAS PODEMOS Y CIUDADANOS

Pero estas primarias en clave local y regional también definirán el futuro de Vox, bien si el partido tiende al estancamiento electoral y no pasará del techo del 2019, en que obtuvo 52 diputados y el 15% de los votos, o si conseguirá seguir creciendo a costa de la abstención o arañando algunos votos del PP y de Ciudadanos. De confirmarse el estancamiento que predicen las encuestas, casi unánime e incluso algunas sitúan al partido de Santiago Abascal a la baja, el liderazgo conformado por un núcleo duro en torno al máximo líder quedaría en entredicho y podría animar a algunos, como a Macarena Olona, a apostar por otra vía diferente a Vox y conformar una nueva formación política, en la línea de lo que ha hecho con éxito Georgia Meloni en Italia. El resultado de estas elecciones definirá, en buena medida, el futuro de Vox y de su equipo dirigente.

Para Unidas Podemos, el punto de partida de cara a estas elecciones es realmente malo. Ya no se trata de encuestas propiamente dichas, sino que los resultados de las últimas elecciones autonómicas en Madrid, Castilla y León y  Andalucía han sido realmente muy malos y en algunos casos les ha llevado a la marginalidad política, casi a la irrelevancia en estas comunidades. Ahora Unidas Podemos, aparte de la incertidumbre que hay en torno al futuro de la marca y la continuidad del proyecto, corre el riesgo de que la izquierda se divida en varias opciones, tal como ocurrió en Andalucía, y tendrá competir con los socialistas, con la escisión proveniente de sus filas, Más País, y otras formaciones de izquierda nacionalista, que están ahora en alza, como son el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), ERC y Bildu, cada vez con una mayor implantación en Euskadi y Navarra.

En lo que respecta a Ciudadanos, le ocurre igual que a Unidas Podemos, habiendo cosechado notables fracasos en las elecciones autonómicas celebradas en Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha, donde casi ha desaparecido del mapa político. Aparte de un escenario realmente adverso, en que algunas encuestas auguran que Ciudadanos podría quedar como fuerza extraparlamentaria, la fuga continúa de sus cuadros políticos hacia el PP no se detiene e importantes figuras de este partido ya militan en las filas  populares, buscando su supervivencia política y abandonando a su suerte a la formación naranja. Y como guinda de la tarta, el reciente proceso de primarias recientemente celebrado para sustituir a Inés Arrimadas y a su equipo se ha saldado en un absoluto fiasco, en que la militancia apenas participó en en el proceso y mostrando que el partido estaba muy dividido con respecto a la gestión de su lideresa, que ganó las primarias  pero deja al partido al borde del abismo. Quizá estas elecciones definirán si finalmente Ciudadanos desaparece de la escena política o sobrevive en estado comatoso; los electores serán los que tendrán la última palabra.

Finalmente, hay que reseñar que en clave regional la atención está puesta en Euskadi, Navarra y Galicia. En las tres comunidades dos fuerzas de la izquierda más nacionalista, como Bildu en las dos primeras y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) en la tercera, aparecen en los sondeos con una tendencia al alza y en los mismos estudios se señala que ambas concurren con grandes posibilidades de alcanzar altas cotas de poder local. El BNG, que ya absorbió en su momento el voto de las “mareas” auspiciadas y apoyadas por Podemos, compite ya abiertamente por el primer puesto como partido de la oposición con los socialistas en las elecciones, mientras que Bildu le pisa los talones, como se dice vulgarmente, al Partido Nacionalista Vasco (PNV), hasta ahora la fuerza gobernante y hegemónica del nacionalismo vasco. Las respuestas a todos estos desafíos, tanto en clave nacional como autonómica, las tendremos en mayo, aunque la campaña, a tenor de la frenética actividad de casi todos los partidos, acaba de comenzar. Las espadas están en alto.

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